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El Bestiario del balón ha parido un hijo. Fruto de un joint venture con nuestros aliados estratégicos de www.diarionocturno.com ha nacido hoy www.malhermano.com. Invita el Vágner del amor.

El América de Bogotá y una pregunta sin respuesta

Hasta que Cuauthémoc Blanco y la armada del América de México pusieron, además de su sponsor de Coca Cola, sangre y sudor en el pecho para eliminar al América, el rojo de Cali se paseó orondo por el Estadio El Campín de Bogotá en esa edición del torneo.

Fue una de las más extrañas localías de un club colombiano en la Copa, sobre todo por los motivos que llevaron a los caleños a trasladarse súbitamente de sede. Eran tiempos en los que, además de sobrevivir al Y2K y ver que en el año 2000 la gente no se vestía con camisas en v color plateado y chicles compañeros –como enseñaban las series futuristas en 1985-, el Pascual Guerrero fue sometido a serias refacciones. Un informe televisivo mostraba cómo, mientras la barra del América brincaba sin cesar apoyando a su gente, las graderías se iban fracturando como si fueran galletas Saltinas. Entonces, con el fin de evitar una tragedia hubo que intervenir. Además Cali era una de las sedes de la Copa América 2001, hecho que además resultaba ser una coyuntura más que impulsaba al arreglo definitivo del coliseo.

Las mezcladoras de cemento y el pañete empezaron a afectar la tranquilidad de los futbolistas, que en algún instante temieron al ser retados a duelo futbolístico por los obreros que iban a comenzar las obras en el estadio Sanfernandino. Como hasta el Barcelona podría perder con un equipo de especialistas de la construcción la mejor solución resultó ser trasladarlos a Bogotá y concentrarlos en vencer a Rosario Central, Colegiales y Sporting Cristal. La estrategia funcióno y el América de Bogotá se encontró en octavos de final con su homónimo, pero de Ciudad de México. Esa llave, ganada por los mexicanos dejó para el recuerdo las supuestas amenazas de muerte contra Cuauthémoc Blanco y el golazo del “Pánzer” Carvajal, que pateó una pelota desde Palmira y venció el arco azteca.

No había sido la única vez que América jugó Libertadores en El Campín: en 1993 y por reglamentación, tuvo que definir con Nacional de Medellín el segundo puesto del grupo pero como estaban empatados en todo (puntos, goles y demás) tuvieron que jugar un partido extra, que ganó el América 4-2.

El tiempo pasa pero una pregunta sigue apareciendo en la mente:

¿Por qué, a pesar del arreglo estructural del Pascual Guerrero en el año 2000, hubo que destruirlo y volverlo a construir para el Mundial sub 20 de 2011?

Viembenidoz hal Mundial Sud beinte

Hallazgo de @felipereira

En una labor de periodismo investigativo admirable, nuestro colaborador encontró que en la página oficial del Mundial Sub 20 en Facebook el encargado de administrarla cometió un error imperdonable: escribió sin «penzar». (Haga click sobre la imagen)

Se espera que los contratos por los arreglos a los estadios, por más onerosos que sean, no tengan esos errores. Solo por pura dignidad mundialista.

Las despedidas siempre son duras, sobre todo por la sal de las lágrimas

Para 1995 hubo un cambio de rumbo en la vida periodística de Javier Hernández Bonnet. El presentador daba un giro y escapaba hacia Caracol Televisión, después de haber tomado toda la cancha en el Noticiero 24 horas. En esta ocasión, la despedida que le hicieron Paula Jaramillo y Ana María Trujillo -sus coequiperas en el set- fue como debe ser usualmente ese instante: alegre, con muestras de fortaleza y sin dramas. Así como deben ser las despedidas para que quien se va, llegue al siguiente puerto con la tula llena de buenos augurios y no de nefandos recuerdos lacrimógenos. Y en Caracol se consolidó definitivamente su trayectoria, prueba de que, en efecto, un egreso sin show, es de buena suerte.

Una década después hubo otra despedida. En Caracol, pero a diferencia de la del Noticiero 24 Horas, ésta estuvo plagada de  lágrimas y drama. Jorge Alfredo Vargas estaba abotagado, María Lucía Fernández acabó esa tarde-noche con los Kleenex y hasta Paulo Laserna -usualmente inmutable- dejó escurrir un lagrimón sin necesidad de pedirle ayuda a un amigo. Hernández Bonnet se alejaba de su puesto sólido en Caracol para arriesgarse con la política. Su sueño: conseguir una curul en el Congreso. Tal vez si en esa oportunidad no le hubiera dado por llorar al unísono a todo el canal, el buen Javier estaría hoy entre proyectos de ley y sesiones extraordinarias. Pero no le alcanzó -por muy poco- en términos de votaciones.

¿Una despedida con lágrimas trae la sal? De acuerdo a este ejemplo puntual sí, porque tras su primer adiós, Hernández se consagró como gran figura de la TV. Y no hubo un solo sollozo.

 

Radiobestiario y el pajarraco del Mundial

Después de una de sus acostumbradas pausas lúdico-culturales, regresa el podcast número 2 en sintonía de la internet colombiana. Espere en esta edición:

-Lo (poco) que hay del Campín a Andrés Carne de Res y, sobre todo, a Augusto Carne a su Gusto.

-Llegó la hora de las madrinas al FPC, recorrido por las plazas.

-Juan Carlos Lecompte puede terminar cargando dummie de Alexis García.

-Lo que se esconde tras las alas del pajarraco mundialista. Descubrimos la estrategia para lograr aprobación efectiva e inmediata de estadios en ruinas.

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Saluda a Guri-Guri

El guayabo libertador de Gildardo Gómez

«Libertadores no se ganan todos los días, pa-pá». Ese debió haber sido el grito de batalla de Gildardo Biderman Gómez la noche del 31 de mayo de 1989. Y es que después de ganar el campeonato de clubes, más de un jugador verdolaga se inscribió inmediatamente en otro de carácter etílico. Así, esa noche muchos dieron lo mejor de sí para hilvanar una rasca de campeonato que al día siguiente amaneció convertida en un auténtico guayabo trifásico y pomarroso, de esos que se llevarían todos los aplausos en una bienal de resacas. Como lo muestran estas imágenes, Gómez seguramente alcanzó por lo menos la semifinal, sino el título, de este torneo post-libertadores. Para librarse del guayabo, dicen, la única alternativa era el mundialmente famoso caldo de culebra. Por supuesto, todas las miradas recayeron sobre Leonela, único reptil del plantel.

«Chupe Judas»

El Bestiario del balón invita a sus lectores a hacer una pausa en esta semana mayor y sumirse en la reflexión inspirados en esta recreación de la pasión de Cristo con el toque moderno, herético, fresco y juvenil de Hernán Orjuela Buenaventura en su «Notituticuanti».