Oigame negro

Si el fuerte de Willington Ortíz era su talento con el balón, su talon de aquiles siempre fue su debibilidad por las cámaras. El país todavía lo recuerda haciendo de él mismo en la serie «De pies a cabeza», en donde su viejotruco de reducir largos y complejos parlamentos propuestos por los libretistas a su legendario «si,Gato» lo consagró como estrella de TV. Aprovechando su reciente condición de figura mediática, a mediados de 1995 la lotería «Sorteo Extraodinario de Colombia» contrató «al viejo Willy» para que en compañía de otra veterana figura, el «Padrino» Alberto Piedrahita Pacheco, fueran la punta de lanza de una nueva campaña publicitaria en la que confirmó sus excelentes dotes como futbolista. Juzguen ustedes..

El capo del estudio: Carlos Julio Guzmán

Dicen las malas lenguas que en lugar de una modesta lámpara con bombillo de 60 vatios, Carlos Julio Guzmán tenía en su mesa de noche una poderosa luz Arri de más de 800. Mito o realidad, lo cierto es que las luces, el telepronter y la base para atenuar el perverso brillo facial, eran el ambiente natural de este periodista bogotano a quien 9,8 de cada diez televidentes lo recuerdan cómodamente apoltronado en un estudio mientras sus compañeros sufrían los ajetreos y tensiones propias de una transmisión en vivo y en directo.

Su tarea, a simple vista, no era muy complicada: le correspondía abrir y cerrar la transmisión y estar siempre listo para contrarrestar cualquier fallo inesperado de la microonda con improvisados parlamentos que con el tiempo parecían cada vez más elaborados libretos. Fue justo esa capacidad que con el tiempo desarrolló y que le permitía llenar eternos minutos con elaboradas disertaciones sobre el discurrir del partido hasta el momento de la falla, siempre de origen, lo que lo convirtió también en connotado improvisador.

Es por esto que no fueron pocas, dicen nuestras fuentes, las invitaciones que a su nombre llegaron a las oficinas de Caracol Televisión provenientes de festivales de teatro de todo el mundo que incluyen como parte de su programación olimpiadas de improvisación. Sin embargo, tanto a estas invitaciones como a aquellas escasas solicitudes de la gerencia para que saliera del estudio y fuera a cubrir, digamos, unos Juegos Bolivarianos o un amistoso de una selección juvenil en Guatemala, Carlos Julio sistemáticamente las rechazó. Argumentó que lo suyo era el estudio, que allí se sentía como pez en el agua y que fuera de él no valía un peso, que sería inmediatamente presa de los nervios y protagonista de un ridículo que acabaría de tajo con su carrera. Otras voces, en cambio, aseguraban que esto no era sino excusa para ocultar un muy enconado temor a los aviones. Temor que, según parece, se hacía extensivos a los desplazamientos en automotor por la ciudad, pues, como lo demuestra la foto, ni siquiera cuando el partido a transmitir era en Bogotá el también llamado “comentarista de los ojos verdes” abandonaba su trinchera.

Una vez cerrado el ciclo en su casa de siempre, los estudios de Caracol Televisión –dicen, no nos consta, que entabló entrañable amistad con tres o cuatro celadores nocturnos del lugar y que un pequeño catre con su nombre se podía observar en una mansarda que con el tiempo acondicionó para él–, Carlos Julio fue acogido por Canal Capital. Hoy, su carrera ha tomado un segundo aire y en compañía de la siempre picante Amparo Peláez la teleaudiencia ha conocido su faceta de showman al mejor estilo de David Letterman, Marcelo Tinelli y José Gabriel Ortiz.
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Premios Bestiario del balón 2007-Los ganadores

Premio «Vidrio en la media» al jugador, técnico o directivo más fastidioso en la cancha.

Por segundo año consecutivo, ganador con 833 votos: Víctor Hugo Aristizábal

Premio «Friends» al elemento más nocivo en un plantel.

Ganador, con 625 votos: «Sindicato antioqueño» del Independiente Santa Fe

Premio «Gulliver» al jugador más agrandado de 2007.

Ganador, con 504 votos: Aldo Leao Ramírez

Premio «Ronald Ayazo» al futbolista más piscinero de 2007.

Ganador, con 608 votos: Camilo Zúñiga

Premio «Héroes de Cajanal» al estafador de 2007.

Ganador, con 537 votos: Empresarios del cuerpo técnico y jugadores uruguayos de Millonarios

Premio «Sensación Acevedo» a la promesa que no cuajó en 2007.

Ganadores, con 403 votos: Los mellos Briceño

Premio «Príncipe de Marulanda» al chascarrillo futbolístico de 2007.

Ganador, con 432 votos: «Si Jamaica organizó el mundial de cricket, porque colombia no puede organizar un mundial de fútbol», Pacho Santos.

Premio «Pacho Maturana» a la frase célebre de 2007.

Ganadora, con 1018 votos: «Peor que en el clásico pasado no nos va a ir.» Por supuesto, «Pacho» Maturana recién estrenado en el banquillo de Gimnasia y Esgrima y en alusión al clásico anterior contra Estudiantes que su equipo había perdido 7-0

Premio Jorge Castillo al directivo del año

Ganador, por segundo año consecutivo, con 348 votos: Junta directiva del Deportivo Cali

Premio «Señorito silueta» al futbolista metrosexual de 2007.

Ganador, con 602 votos: Jaime Sextrillón

Premio «Rey de copas» al rey de la pernicie en el 2007.

Ganador, con 762 votos: El crédito de Chicoral, Dayro Moreno

Premio «Wala» al uniforme con más aire barrial de 2007.

Ganador, con 506 votos: Verde mango biche Atlético Nacional

Premio «Paco Casal» a la transferencia fallida del 2007

Ganadora, con 441 votos: Cristian Zapata a Juventus, Roma, Inter, Milan, etc.

Premio «Artridene Gel» al árbitro más obtuso del 2007

Ganador, con 436 votos: Jorge Hernán Hoyos

Premio Jesús «Kiko» Barrios a la celebración más precaria del 2007

Ganadora, con 638 votos: Léider y sus gónadas

Premio Premio «Alonso Cachaco Rodríguez» al futbolista «no fitness»

Ganador, con 750 votos: Marcelo Tejera

Premio «La Fina» a las manos de mantequilla

Ganador, con 740 votos: Diego Gómez

Premio «Hernán Silva Arce» al escándalo del 2007

Ganadores, con 692 votos: El «Pibe» y Oscar Julián Ruiz

Medalla Francisco Foronda al futbolista colombiano que de mejor manera haya ordeñado las finanzas de un club foráneo

Se le otorga a: Nelson Enrique «El comunitario» Rivas
Además, el comité de premios del Bestiario del balón estudiará la solicitud presentada para cambiar del nombre de esta distinción para próximas ediciones a «Medalla Nelson Rivas».

Comentarista y también visitante cajita Cbox del 2007

Con 230 y 108 votos respectivamente y por segundo año consecutivo visitante del año: Vicious

Y para cerrar esta edición de los premios Bestiario del balón, una despedida a la altura, cortesía del archivo de Curramba:

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"Arre Pambelé"

En 1998 Colombia asistió a su cuarto mundial y el tercero de forma consecutiva. Después del fracaso en USA’94 cualquier cosa que sucediera en Francia sería bien recibida. Fue quizás por esto que la derrota inicial 0-1 contra Rumania -en Estados Unidos este mismo rival nos había empacado tres- no generó llanto ni crujir de dientes- Tampoco afectó la moral de algunos integrantes del equipo que decidieron más bien celebrar el progreso alcanzado con importantes dosis de licor combinadas con el cariño de bellas lugareñas. Gestor de estos desmanes fue Faustino «Tino» Asprilla, quien, una vez puestas en evidencia sus andanzas, fue expulsado de la selección en un hecho tan atípico en la historia de los mundiales como el gol olímpico de Marcos Coll.

Para fortuna de la afición, tan mentado episodio fue registrado por las cámaras de «El siguiente programa», recordado espacio de humor a cargo de Martín de Francisco y Santiago Moure. Diez años después, el Bestiario del balón, fiel a su misión de recopilar la memoria de nuestro fútbol, desempolva para sus lectores la versión más confiable de lo sucedido en el seno del equipo del «Bolillo».

Gracias, Curramaba. .

Diego "Guateque" Moreno

Ampliamente conocido por sus lácteos, sus ciclistas y sus hortalizas, el altiplano cundiboyacense se ha visto siempre superado por otras regiones del país en el ítem de producción de futbolistas. Por motivos que aún no se esclarecen y que algunos atribuyen a la composición química de sus suelos y aguas, el jugador del altiplano tiende a perderse entre destellos de calidad que nunca se consolidan, que nunca son bien encauzados.

De gran talento, pero intermitente como árbol de navidad, Moreno irrumpió con fuerza a comienzos del 2001 en el Millonarios de Diego Edison Umaña. La tribuna rápidamente se acostumbró a verlo ingresar en los segundos tiempos y darle alegría a una formación más bien opaca. Como feliz alternativa primero y como ocasional titular después, este hijo de Guateque, Boyacá, se convirtió en la gran esperanza de hinchas y directivos azules quienes no tardaron en encontrarle un parecido con Andrés Chitiva, último alumno aventajado en pasar por las inferiores azules. Un gol que cerró una goleada 4-0 de Millonarios al Huila, fue la presentación en sociedad de la nueva estrella. En medio del bullicio que suele rodear a la figura de la cancha, nadie se imaginó que después de esta tarde de gloria para Diego no vendrían más.

Esto por supuesto no lo sabían quienes al lunes siguiente comenzaron a hacer cuentas alegres con los eventuales dividendos que produciría una transferencia del joven valor. Tampoco contaban con que poco días después, un cambio en la dirección técnica –salió Umaña regresó Luis Augusto García– le quitó algo de impulso al veloz ascenso de quien ya se conocía como “Guateque” Moreno. Pese a esto, siguió mostrando pinceladas en los minutos que pudo jugar. Entre ellas se destaca un golazo desde fuera del área que le hizo a Robert Dante Siboldi, por ese entonces arquero del Junior. A este se le suma otro de similar factura en el último clásico del año, que con no poco dolor recuerda la hinchada de Santa Fe pues con este gol un Millonarios hacía varias fechas eliminado, echó por el retrete la opción que todavía tenía su rival de patio para llegar a la final.

Después de esa noche quien fuera candidatizado como jugador revelación del 2001 comenzó a apagarse. Por las planillas de Millonarios no se volvió a asomar. Intentó, sin éxito, relanzar su carrera en el Atlético Huila y regresó al Millonarios de Norberto Peluffo donde sólo pudo disputar un partido en el que muy pocos lo reconocieron.

¿Quién es ese pelado? Preguntaron muchos de los que tres años antes aclamaban sus gambetas. Sin más oportunidades en Millonarios fue a templar al rival de patio, en donde tampoco brilló como en sus inicios. Hoy lleva una vida tranquila en la siempre cálida Fusagasugá, jugando para el Expreso Rojo de esta población.
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Feliz Navidad

Alex Comas, la campaña «Polaco» Escobar por un fútbol con bigote y la redacción del Bestiario del balón envian a sus lectores un pequeño, pero sencillo saludo de Navidad. .

Barrismo cooperativo

Por tratarse de una excelente pieza de fina sátira, el Bestiario del balón reproduce a continuación el texto y las imágenes de un artículo publicado en nuestro blog hermano «La monserga del fútbol» a cargo de de nuestro muy asiduo visitante «YoSoyElCarlos».

«Como lo anticipamos en el post anterior, la campaña de La Equidad Seguros de Vida y Administradora de Riesgos Profesionales F.C. (?) ha despertado tal pasión que hasta cánticos tienen. A juzgar por el grado de agresividad de los cánticos (es más corrosivo Jay Jay El Avioncito) quieren evitar a toda costa generar situaciones que conlleven a pagos por conceptos de indemnización y reclamos de seguros de vida (¿?)

Para contribuir a esta incipiente afición oficinistico-futbolística, el Grupo Especial de Choque de La Monserga ha elaborado algunos cánticos para que sean utilizados por la horda de aficionados Aseguradores en el estadio, charlas de seguridad, convenciones o incluso la fiesta de fin de año de la empresa:
.Vamo, vamo
Que los mensajeros tenemos mas aguante
Que en moto nos los llevamos por delante
Que a todos se las cobramos, amos
Vamo, vamo
Que los mensajeros no queremos estar abajo
Que La Equidad no nos paga un carajo
Pero si no venimos nos echan del trabajo, ajo

Somos las secretarias
Sí señor
Nosotras hacemos bulla
De lo mejooor
A los amargos de Millos
Les hacemos Mucho Fooo
A Santafe y sus chiquillos
Le tiramos el telefonóoo

Ayayayayay, Oyoyoyoy
Los peritos SOAT venimos aqui hoy
Con las llaves y las tuercas
A esos hijuepuercas
Nos llevamos pal taller a maltrataaaar

Todos los momentos que vivi
Todas las Juntas a las que asistí
Aprendí a llevarte en el alma
Y en el maletín
No me dejes nunca, Seguros La Equidad
Si se me acaba el camello, me voy de La Ciudad

Vamo´a quemar a Mapfre, a Porvenir
A los putos cagones de Suramericana
A ese tigre maricóoon, que no volvió a salir
Y Protección, que me soba la banana
La Equidad, La Equidaaad
Este año te veremos campeón
Para que este año nos den en navidad
El Aguinaldo, el ron y un lechón!»

Fútbol con bigote: Gabriel Quimbaya

De haber sido una joven promesa en el 2004, a Gabriel Quimbaya seguramente le habrían sobrado las oportunidades para demostrar sus condiciones en Millonarios. Pero tuvo la mala suerte de haber sido ascendido al primer equipo a finales de los ochenta, época en la que un superávit de figurones dejaba muy poco espacio para los alumnos aventajados de la cantera. Con este panorama, a Gabriel no le quedó más consuelo que ver su nombre cerrando, junto a otros que poco jugaban como Jimmy Díaz, Daniel Segura y Alirio Girón, la nómina del campeón.

Tan bajo era su perfil que llegada la hora de destacar las virtudes de los campeones de 1987 en una galería publicada por la Revista Millos, junto a la foto de Quimbaya los editores optaron por la fácil: «un jugador polifuncional». Consciente de lo díficil que le sería dejar huella como futbolista, Gabriel optó por dedicarle los domingos y las noches de los miércoles al cuidado de un frondoso bigote que hoy le abre las puertas de esta galería de viriles futbolistas. .

El patrocinio por la culata

Otra vez el Once Caldas y sus problemas de indumentaria. Sólo que esta si fue, literalmente, mundial. Ocurrió a finales del 2004, cuando en calidad de campeones de América, a los de Manizales les correspondió disputar contra el Porto de Portugal la última Copa Intecontinental de Clubes. Faltando pocas semanas para el partido, la directiva del Once convocó a una rueda de prensa en Bogotá para presentar la camiseta que luciría ese día en Yokohama. Creyendo ser muy astutos, los directivos manizaleños decidieron sacarle el máximo provecho posible a este pantallazo consiguiendo patrocinadores diferentes al habitual (Cerveza Poker). En consecuencia, en la «percha» presentada con mucho bombo ese día, incluía también el logotipo de la Federación Nacional de Cafeteros (en la espalda, sobre el número) y el de la empresa de telefonía celular Bellsouth (a la altura de los hombros, sobre las mangas).

No sabemos si ya se habían cobrado los cheques o si, para fortuna de los patrocinadores, el pago por concepto de «patrocinio intercontinental» no había sido autorizado, cuando minutos antes de saltar a la cancha se le notificó al Once que el sponsor principal del evento, Toyota, sólo autorizaba la presencia un patrocinio en las camisetas de los equipos que disputarían la copa. Esto en un acto de generosidad, pues no sobra recordar que durante mucho tiempo no se aceptó ningún logo en las camisetas de los campeones de Europa y América. Ante la férrea negativa de los nipones a aceptar una excepción, el departamento de utilería del Once no tuvo más remedio que correr a la papelería más cercana al estadio para proveerse de sendos marcadores imborrables y proceder a colorear de negro los patrocinios que con mucho esmero habían sido estampados en el uniforme FSS. En Colombia, entre tanto, directivos de ambas empresas averiguaban con insistencia el número de los palcos del estadio de Yokohama.

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Leandro Armani

Timorato, paquidérmico e improductivo ariete argentino que afirmaba haber hecho las inferiores en el club de sus amores, Boca Juniors, para luego destacarse en el equipo de su terruño natal: el Club Atlético Aprendices Casildense. De ahí, dijo, salió para unirse a la disciplina del Central Córdoba de la Tercera división gaucha.

Con rimbombante apellido, el rótulo de goleador a cuestas y la experiencia adquirida en un breve paso por la competitiva liga china (en la que se fue a probar y no fue fichado), arribó a Santa Fe como refuerzo para el torneo clausura del 2005. Su debut en canchas colombianas tuvo lugar en el Eduardo Santos de Santa Marta contra el encopetado Unión Magdalena. Su calamitosa presentación fue suficiente para que el siempre receloso «Basílico» lo hiciera inquilino de la banca por más de un mes argumentando que no le veía las depuradas condiciones que debe tener todo delantero. La verdad fue que Armani jamás pudo encontrar su lugar en el equipo titular que por esos días contaba con un inspirado Luis Yánez y un siempre importante Leider Preciado que, a pesar de sus tradicionales kilos de más por aquel entonces era hombre de confianza del cuerpo técnico. Con mucha pena y nada de gloria el ariete argentino, hizo parte de un plantel que en la última fecha del cuadrangular fue eliminado de la final luego de ser goleado por el Cartagena. Pese a esta salida en falso, gracias a los ahorros del torneo Apertura en el que disputó la final con el Atlético Nacional de Medellín, el cuadro rojo logró hacerse acreedor al cupo que otorga la reclasificación para la Copa Libertadores del siguiente año.

Armani, siempre noble y trabajador y ya instalado a satisfacción en la fría Bogota espero paciente su oportunidad haciendo votos para que la suerte no le fuera tan esquiva en el torneo y la copa del 2006. En tan buena onda andaba que en una entrevista concedida al diario El Tiempo no tuvo problemas en confesar: ‘’ A Gottardi le costó meterla al comienzo, pero después fue goleador en Colombia dos años seguidos’’. Palabras que provocaron ira e hilarancia cuando su depurada e ineficaz técnica le impidió en repetidas ocasiones fecundar ese romance con las piolas que es el objetivo de todo delantero a lo que debe añadirse que ni siquiera en los entrenamientos la lograba embocar. Acostumbrado a rematar los partidos, logró jugar algunos minutos en la Libertadores. Quedan como anécdota las palabras de los comentaristas a cargo de la transmisión del partido entre el Defensor Sporting de Montevideo y el Independiente Santa Fe quienes reseñaron unos innegables movimientos de crack y una importante presencia física que metía miedo (pero nada mas que eso) del delantero argentino.

Aborrecido por la hinchada, vilipendiado por sus rivales y fuertemente criticado por la prensa deportiva y por la del corazón a quienes también decepcionó por no lucir trajes a la altura de su apellido, Leandro decidió dar por terminado su periplo colombiano. Para el recuerdo le quedaron las buenas migas que alcanzó a hacer con ‘’Carlitos’’, taxista contratado por el club para sus traslados dentro de la ciudad y con los vecinos del edificio donde residía al nororiente de la ciudad. También le quedó la frustración y la sangre en el ojo de no haber anotado un solo gol en Colombia. Sin la bulla que lo recibió, una tarde de julio se despidió de “Carlitos” en El Dorado y regresó a su país. De vuelta en su tierra supo consagrarse como peligroso goleador en equipos de la estirpe de Central Córdoba y Tiro Federal, afamadas escuadras de las divisiones de ascenso argentino.

Imagen cortesía enunabaldosa. .