
Por cosas del destino, las delegaciones de Argentinos Juniors, la Selección Colombia y el América de Cali, se encontraron en un vuelo con ruta Cali-Bogotá-Cali-Lima-Huaral-Antofagasta-Santiago-Mendoza-Buenos Aires… No importó que algunas rencillas producto del primer encuentro de la final de la Copa Libertadores de 1985 no se hubieran cerrado en el campo de juego y fue así como JJ López, ex ídolo de River Plate y en esos tiempos integrante del club de La Paternal (en la foto, de negro), decidió echarse un motoso corto.
Los demás integrantes del vuelo le siguieron la corriente aunque fueron menos discretos. Battaglia, por ejemplo no pudo jugar con maestría el juego de revancha en Buenos Aires, producto de una tortícolis que minó sus capacidades. Falcioni fue apartado del grupo principal por sus fuertes ronquidos, al igual que Enrique Esterilla. Víctor Luna fue objeto de burlas porque dormido, y con su forma de pelo, parecía “Un muñeco de lego”.
Y claro, Juan “El martillo” Penagos, con corbata descachalandrada, tuvo que ser despertado por agentes de seguridad que inspeccionaban el avión… en Lima, Perú.
América no quiso pagar el viaje de regreso de Penagos por lo que al “Martillo” le tocó echar quimba hasta Cali.
Y los dirigentes americanos (ellos en primera clase) también se durmieron cuando sus pares de Argentinos programaron el tercer partido que definiría al campeón apenas dos días después del segundo encuentro y justo en Asunción, una cancha en la que pocas veces Colombia ha podido ser grande.
Imagen cortesía de enunabaldosa.
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