
Si de insultos se trata, los habitantes de la zona cafetera somos bastante pródigos, elocuentes y apasionados; herencia de nuestros ancestros arrieros que a lomo de mula y gracias a un culo resistente poblaron estos montes espesos y agrestes. De esto puede dar fe este mediocre volante ofensivo (porque ofende su forma de jugar), que fué en sus inicios estrella de la selección del Valle del Cauca y posteriormente figura en aquel recordado mundial juvenil en que la selección Colombia derrotó a Finlandia 9 goles a 1, siendo artífice de una de las anotaciones y uno de los mejor calificados junto al pastuso Hidalgo (que anotó 4). Núñez llegó a las filas cafeteras el primer semestre de 2004 como la gran esperanza junto a Hugo Rodallega, provenientes ambos de la escuela Boca Juniors de Cali, propiedad de Hernando Ángel Montaño.
En su primer año con el «Milagroso» anotó la fantástica cifra de 2 goles (contra 11 de Rodallega), uno de ellos en una inolvidable tarde en que Deportivo Pereira se llevó en el saco 3 goles del jardín de América. Ante tal ejecutoria, la prensa local reseñaba: “este muchacho pinta para mucho…”. Comprometedor comentario, porque el espigado moreno se dedicó a cometer errores infantiles, malogrando opciones de gol y mostrando un juego cobarde e individualista, pero por ser propiedad del accionista mayoritario del Milagroso siempre tuvo su puesto seguro en la titular.
Debemos decir también que durante sus 3 años en las filas cafeteras ha sido opacado por el éxito de otros volantes y delanteros como Diego Chará, Mauricio Romero, Carlos Hidalgo, Jorge Perlaza, el bestiarista Oswaldo Maceknzie, John Valencia, Sebastián Hernández y la meretriz Marcio Cruz. La obstinación de los dirigentes cafeteros con su continuidad sin resultados es absolutamente inexplicable, puesto que jugadores de otras posiciones como el buen lateral Iván Vélez han anotado más goles en una temporada que Pichú en 3 años.
Su última anotación fue en la copa Mustang I de 2005 contra el Medellín en cancha cuyabra. En honor a la verdad, gol ilegítimo que reclamaron airadamente los jugadores del rojo pero que Pichú celebró en la tribuna de Artillería Verde gritando “ven que si puedo… HP… yo si puedo…” (su servidor pertenece a la barra y estuvo presente esa noche de miércoles, por lo que puedo dar fe).
Para la copa Mustang II de 2005 fue convocado por Juan Topo a entrenar con Deportes Tolima. Él, siempre humilde declaraba: “gracias a la afición cuyabra, espero algún día regresar al Deportes Quindío, más maduro y darles lo que no les pude dar. Gracias por la confianza”. Lo que Pichú ignoraba es que el público quindiano celebraba su salida como un título internacional…. Ignoraba también que dos semanas después sería devuelto por el vecino tolimense con el eufemismo de que “no llenó nuestras expectativas”. El llanto y crujir de dientes en las tribunas del Centenario se volvió a sentir.
Y aquí sigue el buen moreno, recibiendo su salva de insultos y rechiflas cuando pisa el gramado del jardín de América, viendo como sus compañeros son transferidos a otros equipos y preguntandose porqué a el no le dan la oportunidad. Sigue también haciendo lo que mejor sabe hacer: tomar un balón, enredarse y perderlo. Su especialidad: recibir un pase certero con la portería sola y mandarlo por encima del travesaño.
.








