Dicen que cada vez que Eduardo Lara sonríe, el diámetro la barriga del «Cachaco» Rodríguez pierde un centímetro. Pues bien, el buen «Cachaco» puede estar tranquilo, su patrimonio más valioso no está en riesgo. Esta imagen corresponde al más esmerado intento de Lara por sonreír de la última década, en la celebración del título de Toulón. Pero por más que se esforzó, no lo logró. Apenas alcanzó a ofrecernos un desabrido rictus.