En el Bestiario del balón tenemos predilección por los futbolistas que han jugado uno o menos partidos con la selección. Por eso, con frecuencia le pedimos a una de nuestras unidades de acompañamiento psicosocial que visiten sus hogares para departir con ellos y llevarles algo del afecto que en nuestras oficinas provee a borbotones el Vágner del amor.
La imagen que ven corresponde a una visita reciente a los hogares de Jorge Gutiérrez y William Morales, dos debutantes en la selección que, ataviada con indumentaria Kelme, se preparaba para la Copa América de Chile 1991. El caso es que antes de que todos los integrantes del plantel pudieran cantar a todo pulmón «Cuando pa’Chile me voy», el equipo de García decidió entrenar con público en el Metropolitano en los que hicieron prácticas de fútbol contra el Junior y el Sporting. Entonces, sólo entonces, los recién convocados pudieron cumplir su sueño de sacarse una foto con la tricolor. Una tricolor que, cosa curiosa, también decidió lucir el arquero de esa formación, el decano de los suplentes colombianos Eduardo Niño.
La imagen, como les decíamos, la tienen enmarcada y ampliada ambos jugadores en sus hogares, según nos aseguran los de la unidad psicosocial. Dos futbolistas unidos por su perfil mediano, su abnegación y su vínculo casi de sangre con cada uno de sus equipos (Quindío y Santa Fe) a los que un día el destino los premió con una foto que seguro no esperaban.
Gran aporte de «Giovanni».
Edición 20/10/11: Nos confirma una fuente cercana a ese equipo que el de la foto es Jorge «el paisa» Gutiérrez y no Augusto Vargas Cortés, que también hizo parte de esa selección.