Exclusivo: La vida de Leonel entre la Selección y el Itagüi

LeonelDoreMillones

Mientras en otros medios abundan las crónicas de sus ejecutorias como jugador y luego como técnico, en el Bestiario del balón hemos sido los únicos que hemos seguido palmo a palmo la carrera musical de Leonel de Jesús Álvarez Zuleta, crédito de Remedios (Antioquia).

Fue así como en su momento revelamos detalles de la banda de black metal «The Lion's Agony» que integrara por allá a mediados de los 80 y que debió haber compartido más de un bazar con el entonces metacho Juan Esteban Aristizábal y su gente de Ekhymosis.

Después le contamos al mundo que en momentos en que el fútbol lo agobiaba, desaparecía de concentraciones para sintonizarse con su niño interior desempeñándose como baterista freelance de Rod Stewart.

Y esto es lo último: bien conocida fue su depresión post salida de la selección. Pues bien, de nuevo, la música lo acogió. Por suerte para él y quienes lo quieren, encontró cálido refugio como líder de la percusión en la Orquesta de la fortuna del popular programa «Do re millones».

Ahora que acaba de firmar como nuevo DT del Itagüi, respetuosamente le sugerimos a sus nuevos patrones que si quieren un técnico centrado, con sus chakras bien afinados lo mejor es que le permitan seguir con su este, su oficio paralelo y verdadera pasión.

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El factor X de Daniel Tílger

Hizo lo que quiso. Se puso cuantas camisetas pudo, jugó al urólogo en plena cancha y ante miles de aficionados,  supo lo que era celebrar goles vestido de azul, verde rojo, aurinegro, verdeamarelo y rojiblanco, entre muchas otras combinaciones. Sólo le faltó de amarillo de selección y eso porque le dio pereza hacer fila en la 100 para apostillar los papeles que le pedían.

Daniel Tílger alcanzó la realización personal y profesional en Colombia, pero esta fue parcial. La unidad investigativa del Bestiario del balón ha podido establecer luego de intensas pesquisas, que el delantero argentino en algún momento de su estancia por estas tierras quiso ingresar a la banda underground de trash metal «The lion’s agony» de Leonel Álvarez. Pero falló.

El cuento es que antes de ingresar, tuvo que seguir el proceso de selección. Este incluía una sesión de fotos con el instrumento al que que aspiraba, el bajo en su caso. Juicioso, el delantero cuadró fecha y una vez delante de la cámara dio todo de sí, pero fue demasiado. Al recibir el sobre con el material, Leo, despectivo y con sonrisa burlona que no disimuló entre dientes, dio el veredicto: «nuuu papá, esta pintica es puro pop, mero mainstrim, ¿sabes qué? pasáselo al monito este amanerado, el gringuito que dicen que se parece a mi ¿ah? ¿qué tal?…¿cómo se llama?…¡ Zulu! como que está montando su grupete, disque «Café Moreno»¿Ah?»¡Ja!, pero ni mandado a hacer para esos caribonitos está…»

Tílger recibió la razón, y, aunque alcanzó a dudarlo, consideró que el proyecto de Zulu era tan serio como otro Zulu que conocía, Zuluaga, «el Topolino» que lo divertía los sábados por la  noche. Y entonces archivó su anhelo.

"Dany, ven a mi (proyecto)", parece decir el popular Zulu.