Reinicia la temporada regular del Bestiario con los temas que más nos apasionan y que nos han permitido en el seno de nuestra redacción montar rigurosas líneas de investigación a cargo de auténticos especialistas en cada uno de estos campos. Una de ellas como ustedes bien saben es la de los arqueros línea anarcos, que son todos aquellos que han hecho valer su derecho al libre desarrollo de la personalidad logrando la singularidad en el vestir.
Hoy por fin podemos documentar a uno de los brotes de rebeldía que abrieron el camino, que le dijo a los que vinieron después, «sí es posible, vence los prejuicios, ignora al utilero y sigue tu propio camino». Fue el de Eddy Villarraga en la Copa Libertadores de 1997 cuando saltó a la cancha en un par de partidos ataviado con un buzo amarillo Nike de la selección de Estados Unidos.
No sabemos bien su origen, pero nos gusta imaginarnos a alguna tía del arquero que con algún amigo que viajaba le mandó a su sobrino preferido el regalo con la única condición de que lo usara cuando fuera a salir en TV, pero sobre todo, «que no lo fuera a ensuciar porque después de la primera lavada lo más seguro es que encogiera».
Y cumplió el buen Eddy Uriel. Tan cuidadoso fue que por ahorrarse un par de estiradas que habrían supuesto sendas manchas de pasto y cal terminó en la banca viendo despachar en el arco azul a Luis Fernando Sánchez, quien a su manera se inscribió en la misma escuela cortesía de un buzo Nanque, autónomo del resto de la indumentaria Saeta-Wala.