El siempre sufrido Unión Magdalena, que en este 2005 casi es trasladado a Valledupar y después de dar varios tumbos terminó en la B, ya sabía de antemano lo que era jugar con diferente sede e hinchada. Muy al estilo del Cúcuta cuando jugaba en Girardot u Ocaña, los bananeros tuvieron como lugar de asiento a Cartagena, en el campeonato profesional de 1991.
Local, no en el Eduardo Santos, sí en el Pedro de Heredia, el llamado Unión La Cartagenera fue auspiciado durante ese año por la “Lotería La Cartagenera?
?? y entre las condiciones del contrato con el club estaba el cambiar de sede natural.
El equipo tuvo un campeonato irregular, sin ser malo. No le alcanzó entonces para llegar a los octogonales y se quedó en el noveno puesto de la clasificación. Dirigidos por Daniel Silguero y con el concurso de hombres como Héctor Ramón Sosa, Marcelo Ibáñez, Luis Norberto Gil, Jorge Rayo, Eugenes Cuadrado, Guillermo “Efectividad” Serrano y Teddy Orozco, este fue uno de los habituales ejemplos que indican que el cambio de lugar de origen, no siempre garantiza el éxito deportivo.
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