El combo agrandado perestroika+Kant+cuchuflí

Mucho buscamos y no pudimos encontrar en toda la internet mundial 41 segundos de vídeo con un popurrí de temas tan diverso como los de esta pieza que corresponde una emisión de Teledeportes a comienzos de 1990. Incluye: declaración de principios -todas las libertades tienen que ser vigiladas»- de un Carlos Antonio Vélez  más desparpajado que el conocemos, alusión a Kant, cuchuflí y rabieta, que suscribimos, por la recurrencia del nombre de Julio Gerlein Comelín en el mundo boxístico. Buen provecho.

De la donación de DIABLO AMERICANO.

«El cuento es estar in» o la cola de caballo como pasaporte al mundo

La clasificación de Colombia a Italia’90 tuvo su ingrediente de choque cultural. Eran tiempos previos a la apertura en los que el número limitado de parabólicas no alcanzaban a conectar al grueso de la población con lo que pasaba más allá de nuestras fronteras. Con esto en mente, la gente de la OTI decidió incluir en su especial «El juego del siglo» algunas notas para atenuar el seguro asombro  de los pacatos turistas criollos al aterrizar en Roma, Milán o intermedias.

Con lo que no contaban los productores era que al darle vía libre a  Consuelo Cepeda, el producto final rozara el delirio al punto que hoy podemos estar seguros de que Cepeda tiene el don de la clarividencia y que en 1990 ya sabía que tarde o temprano existiría el Bestiario del balón o algún espacio similar y que ella quería, como fuera, estar ahí.

Y lo logró, tarde quizás, pero lo logró. Casi veintidós años después nosotros, felices, le abrimos las puertas a un trabajo por el que hasta última hora estuvo pujando Gerardo Bedoya en representación de D’Norberto Inc., entidad que quería utilizar este informe para capacitar a su equipo de profesionales ávido de imponer nuevas tendencias para este 2012. El otro que quería hacerse a este material era Eduardo Niño.

El decano de los suplentes colombianos,quería una prueba de que así como su compañero René Higuita era un adelantado en cuestiones de su profesión, él lo dejaba regado en temas de moda con su colita de caballo, que cuidaba con esmero sentado en el banco para así evitar que se le achilara por culpa de la horquilla.

De la invaluable donación de DIABLO AMERICANO.

Manoverguismo azul: el último hallazgo con muchas preguntas

Uno de los logros del 2011 en el Bestiario del balón fue poner en evidencia a la secreta logia de los manoverguistas azules y recopilar material para poder develar, ojalá este año, si hay presupuesto, cuáles son sus rituales, sus normas y su fin último.

Hasta el momento teníamos sólo material fotográfico. De ahí la importancia de este hallazgo en un video que, paradójicamente, ya estaba en nuestra colección. Uno de los integrantes de la unidad élite dedicada al manoverguismo lo acaba de descubrir. Ellos, al contrario de la mayoría de ustedes, no descansan por estos días. A este grupo de sabuesos no le duele dejar atrás a sus padres, hijos y mascotas en estas festividades si a cambio logran su objetivo de descubrir qué es y qué hay detrás de esta oscura sociedad secreta.

Pero para eso, necesitan de su apoyo. Y mandan preguntar:

¿Quién sería el destinatario del gesto manoverguista de «Rivaldito» Guerra?

¿Habrá sido premeditado? ¿Sabía que entraría en el tiro de cámara de la entrevista a Villegas o simplemente era un gesto rutinario? (parece que están obligados a realizar el gesto cada 46 minutos, estén donde estén).

¿Por qué no le sirvió a «Rivaldito» ser manoverguista para triunfar en Millonarios? ¿Ser manoverguista no es garantía de éxito deportivo? ¿Qué tipo de éxito garantiza entonces? ¿Espiritual? ¿Económico? ¿Con las mujeres?

¿Qué tiene que ver Andrés Villegas en todo esto? ¿Era un manoverguista más? ¿Sigue siendo? Llamado a sus colegas actuales para que nos ayuden a responder esta pregunta.

 

Ronald Pulido, el mártir del Olaya

De los videos que no dejan gran cosa por decir. Tal vez destacar:

  • El destello poético en la descripción que hizo el, entonces aún más, joven Adolfo del drama de Ronald.
  • El arranque de culpa que padeció  Adolfo y que terminó en el insulso espaldarazo a una carrera truncada a temprana edad.
  • Las declaraciones «camper cross» de Ronald, echándole todo el barro del mundo a sus compañeros. Rompió un camerino que venía unido y compenetrado (?) .
  • El aire de lejanía, de «inhóspitos territorios nacionales», detrás de cada alusión al lugar de origen del malogrado arquero. Aflora incluso cuando él mismo habla, a lo Eutimio Pastrana, de las tardes memorables que supo protagonizar en su querido Yopal.

El marco es el nacional prejuvenil de 1990 que se jugó en el Olaya. Y todo el crédito por esta joya va para «Diablo Americano» donante del material y  benefactor en grado de gran comendador del Bestiario del balón.

Taz, taz, taz…

Radiobestiario y el no. 2

Regresa el podcast que necesitan los ipods para vivir con un popurrí de temas que usted no se puede perder:

-Una sinergia para construir e inmediatamente socializar la «mivión» (misión+visión) de la Dimayor

-Una nueva rama le nace la arqueología y es gracias a la primera B colombiana.

-Tormenta de ideas para la segunda temporada del reality que decidirá quién será el DT de la selección.

-Llegamos a donde ningún otro medio había llegado: los baños de las oficinas. Devaneo escatológico laboral.

-Nuevos detalles de la visita del plantel azul a predios de Noemí.

-¿El estadio abandonado del Cali, meca del terrorismo hipster?

Descargar (clic secundario y luego «Guardar enlace como…»)

Usuarios de iTunes y portadores de iPods hacer clic acá. ..

El papa rojo

A la creatividad periodística le deberían poner pico y placa. O por lo menos instalarle filtros. Todo para evitar que ideas como la de poner a un futbolista a posar disfrazado de algo entre monje benedictino, gurú oscurantista y papa negro de Pereira prosperen. Y es que en su momento puede que haya tenido alguna gracia, pero la vejez de estos brotes de ingenio es fatal. Para el medio, pero también para el protagonista quien hoy, por culpa de esta foto, tiene que gastar largas horas explicándole a los padres de familia de la escuela de fútbol que hoy regenta que sus hijos no tendrán contacto con silicios y similares.

Aporte de: Godoy2210

Sea World en el Monumental, adivine los personajes

No sólo en Sea World o en el acuario del Rodadero es posible ver a dos delfines brincar en simultánea. En septiembre de 1993 los cinco goles que Colombia le metió a Argentina dieron pie a esta escena de dos émulos de flipper cuyas vidas más o menos paralelas se cruzaron esa noche bonaerense en la que dejaron asomar el perritu que ambos, y Jorge Correa Pastrana también, llevan dentro.

El factor X de Daniel Tílger

Hizo lo que quiso. Se puso cuantas camisetas pudo, jugó al urólogo en plena cancha y ante miles de aficionados,  supo lo que era celebrar goles vestido de azul, verde rojo, aurinegro, verdeamarelo y rojiblanco, entre muchas otras combinaciones. Sólo le faltó de amarillo de selección y eso porque le dio pereza hacer fila en la 100 para apostillar los papeles que le pedían.

Daniel Tílger alcanzó la realización personal y profesional en Colombia, pero esta fue parcial. La unidad investigativa del Bestiario del balón ha podido establecer luego de intensas pesquisas, que el delantero argentino en algún momento de su estancia por estas tierras quiso ingresar a la banda underground de trash metal «The lion’s agony» de Leonel Álvarez. Pero falló.

El cuento es que antes de ingresar, tuvo que seguir el proceso de selección. Este incluía una sesión de fotos con el instrumento al que que aspiraba, el bajo en su caso. Juicioso, el delantero cuadró fecha y una vez delante de la cámara dio todo de sí, pero fue demasiado. Al recibir el sobre con el material, Leo, despectivo y con sonrisa burlona que no disimuló entre dientes, dio el veredicto: «nuuu papá, esta pintica es puro pop, mero mainstrim, ¿sabes qué? pasáselo al monito este amanerado, el gringuito que dicen que se parece a mi ¿ah? ¿qué tal?…¿cómo se llama?…¡ Zulu! como que está montando su grupete, disque «Café Moreno»¿Ah?»¡Ja!, pero ni mandado a hacer para esos caribonitos está…»

Tílger recibió la razón, y, aunque alcanzó a dudarlo, consideró que el proyecto de Zulu era tan serio como otro Zulu que conocía, Zuluaga, «el Topolino» que lo divertía los sábados por la  noche. Y entonces archivó su anhelo.

"Dany, ven a mi (proyecto)", parece decir el popular Zulu.