Recio y limitado defensa central que llegó a Millonarios para el segundo semestre de 1995 en compañía de Hector Valoyes provenientes ambos del extinto Alianza Llanos.
Por esas cosas que pasan en Millonarios incluso desde antes de su llegada a Freddy ya le tenían separado su lugar en la zaga albiazul en donde comenzó haciendo pareja con otro derrochador de talento y filigrana: Rodolfo Rosero. Después de su debut, Bogotá se mantuvo como titular durante casi todo el semestre sin llegar a mostrar nada diferente a una rudeza que no le alcanzaba para compensar sus limitaciones técnicas. Pese a esto, como suele suceder con todos estos jugadores que de un día para otro surgen casi de la nada, no muestran casi nada e inexplicablemente se sostienen partido tras partido en la titular, Freddy necesitó de más de 20 partidos para demostrar que su sólo apellido no era suficiente para encariñar a la hinchada.
Afortunadamente, con los jugadores de este perfil no hay lugar para términos medios: la suplencia no era una alternativa para él. Fue así como terminado el semestre Freddy desapareció de la alineación y pese a que se mantuvo en el plantel que en junio saldría subcampeón no volvió a saber de concentraciones. Debió entonces resignarse al consuelo de aparecer en la foto oficial del subcampeonato y de paso en las de todos los eventos que tuvieron lugar con motivo de los cincuenta años que para ese entonces conmemoraba Millonarios.
Regresó a mediados de 1996 a Alianza Llanos con un álbum de fotos bajo el brazo. Después, se perdió su rastro en la espesura de la B. .