Todo se remonta al 2000 cuando terminó el vínculo entre Millonarios y la Organización Ardila Lülle y a los azules les tocó salir a la calle a buscar patrocinador. Pronto apareció la antigua empresa coreana de electrodomésticos Goldstar bajo su nueva denominación de LG dispuesta a bajarse de unos buenos pesos para a cambio poder estampar su logo, rojo, en la camiseta azul. La conmoción fue inmediata. Ligas de hinchas defensores del honor, la dignidad, pero sobre todo la tradición y las buenas costumbres, pusieron el grito en el cielo ante lo que consideraron, con algo de razón, una afrenta para una hinchada en ese entonces ya agobiada y doliente.
De nada sirvieron los clamores y la hinchada tuvo que soportar el punto rojo durante todo un año. Algunos optaron por ocultarlo cosiendo encima (bueno, poniendo a la mamá a coserle encima) un parche con el escudo de los entonces Comandos Azules No. 13. Pero la cosa podía ser peor. Al menos en la camiseta titular predominaba el azul, cosa que no ocurría con la alterna de color blanco. Por suerte -hasta donde tenemos registro- durante el año no fue necesario utilizarla.
Para el 2001 se fue LG y llegó Comcel y fin del problema. El fantasma, no Ballesteros ni del descenso, esos llegarían después, reapareció a comienzos de 2003 cuando se rumoró que LG regresaría con su punto rojo a una camiseta que hasta bien entrado el semestre (mayo, para más señas) no tuvo marca. Después de intensas negociaciones finalmente se acordó que el punto en la camiseta azul sería blanco. Tal vez por descuido, no sabemos, no se aclaró cuál sería el color del punto en la camiseta alterna que justo tuvo que usar Millonarios en la sexta fecha del apertura cuando le correspondió visitar en el MACAL de Villavicencio al recién ascendido Centauros. Fruto de este descuido fue la camiseta que vemos en la imagen en la que un voluminoso punto rojo se hace aun más visible gracias al fondo blanco de la camiseta. Un rojo escarlata que por suerte encandelilló a hinchas mareados por las curvas de la vía al llano (y muchos también enguayabados) impidiendo que fueran plenamente conscientes de la mancha en la honra azul que fue esa tarde ese punto rojo.