Calero Induarte

Durante los ochenta y los noventa, cuando eran aún más tímidos los asomos del marketing en nuestros clubes fue moneda común ver a los arqueros vendiendo por su cuenta el buzo sin que el patrocinador que había comprado el espacio para los diez restantes remilgara. Un poco más común fue ver a los arqueros luciendo en los partidos del rentado los buzos que se habían traído como souvenir de la más reciente convocatoria (hubo también algunos osados a los que se le vio con buzos de la selección sin jamás haber sido convocados).

Esta foto de Miguelito Calero cuando defendía el arco del Deportivo Cali en 1994 luciendo un buzo Umbro –muy común en los arqueros de las selecciones de la época– con un estampado artesanal de «Induarte» –firma que, tras agotadoras jornadas de negociación, llegó a un acuerdo para patrocinar al jóven arquero– da cuenta de ambos resabios. .

Si por acá llueve…

Como es bien sabido, este espacio se nutre de lo más selecto de nuestro nunca bien ponderado rentado. Sin embargo, y a propósito de nuestra fijación con los desatinos de la marca alemana, la exagerada forma con la que Adidas se hizo presente en este uniforme de The Strongest de Bolivia bien merece una excepción. .

Nacional-Turbana 1991

Con motivo de la sanción impuesta promediando 1990 por la Confederación Suramericana a Colombia como consecuencia de los malos modales de «algunos desadaptados», América y Nacional se vieron en la obligación de buscar una sede alterna para sus partidos de la Copa Libertadores de 1991. Por motivos que no nos corresponde entrar a profundizar, se escogió al inefable «Orange Bowl» de Miami (la verdadera casa de la selección: no hay estadio en el planeta que haya visto más veces a la tricolor).

Nacional, por ese entonces patrocinado por SAM, sorprendió al lucir en los partidos disputados en el Orange Bowl el patrocinio de la empresa bananera Turbana, dejando en Medellín al simpático 727 del logo de la aerolínea paisa. Lo curioso del evento fue que el patrocinio de Turbana sólo se le vio a los verdes en los partidos disputados en la capital del sol, regresando al amparo del Grupo Santodomingo en los partidos del torneo local y en los disputados en Venezuela contra Táchira y Marítimo, rivales de los colombianos en la primera fase. .

América Adidas 1995

Eran días felices los del América de Cali a finales de 1996, tal y como lo comprueba la sonrisa Kolynos de Leonel Álvarez. Eran días de lujos y derroches en las filas escarlatas. Días en los que la lista Clinton era todavía la lista que llevaba Hillary al supermercado.

Entre estos excesos se cuenta el cambio frecuente de indumentaria. De Umbro a Nanque, de Nanque a Topper, todo en menos de dieciocho meses. Entre estos ires y venires –o mejor: vestires y desvestires– hubo un par de partidos, a finales de 1995, en los que a los diablos se les vio este curioso uniforme Adidas, bastante lejano de cualquiera de los diseños estándar que en esa época mostraba la marca alemana..

Diseño visionario

A quienes creíamos que la moda de estampar los apellidos en la espalda había sido una imposición más del capitalismo yanqui; ávido siempre de premiar el éxito individual sobre el colectivo y que había sido en el mundial que tuvo lugar en esta próspera nación en donde se aprovechó para imponer esta moda, no deja de sorprendernos esta peculiar imagen del Millonarios de 1977. Sin duda, un diseño de vanguardia, un diseño visionario 17 años antes de generalizarse la costumbre de rotular a los jugadores. .

Once Caldas-Adidas III

Esta nueva entrega de nuestra apasionante serie Once Caldas-Adidas, con la que pretendemos dejar testimonio para la posteridad del rocambolesco comienzo de la relación entre el cuadro manizalita y la multinacional alemana, nos trae el primer atuendo que Adidas le proporcionó al equipo que por esa época estrenaba título continental. El diseño de este uniforme a primera vista parece ser el mismo del uniforme, ya reseñado, que meses más tarde luciría el Once en su periplo por tierras coreanas. Sin embargo, una observación cuidadosa nos permite ver en este diseño las tradicionales rayas de la marca teutona en las mangas ausentes en la versión coreana sumado a un curioso triangulo con pretensiones orientales rodeando el logo de la marca ubicado en el pecho.

Este primer boceto se le pudo ver al Once en los primeros partidos de la copa 2005. En el partido contra San Lorenzo, en Argentina, estrenarían un nuevo diseño con mucho menos negro y muy parecido al que por ese entonces lucía el Real Madrid. Una excentricidad hizo parte de estos días: mientras en Copa el Once orgulloso lucía su nuevo sastre y su nuevo patrocinador: Movistar, en sus partidos de Copa Mustang la vieja ropa de la casa bogotana FSS (sin el patrocinio de Movistar) vestía al equipo satélite. .

Luto santafereño

A comienzos de 2002 el Santa Fe sufrió la sensible pérdida de su máximo inversionista, César Villegas asesinado por las tradicionales fuerzas oscuras esta vez en la persona de dos pistoleros que lo abordaron a la salida de su oficina. En señal de luto por la muerte de su mecenas, el equipo bogotano vistió un uniforme negro con blanco diseño de la casa francopereirana «Patrick» en el partido que disputó contra América en Bogotá pocos días después del insuceso. Pocas semanas después la camiseta estuvo también a disposición de los aficionados en las estanterías de los almacenes de ropa deportiva de la capital.

Sin querer queriendo, desde el más allá el célebre «Bandi» aportó unos pesitos más a las casi siempre alicaídas arcas cardenales. .

Junior de azul pesadilla

Muy común en las peores pesadillas es que se alteren las proporciones, se pierdan las dimensiones, que las leyes más elementales de la física pierdan vigencia, que las cuerdas vocales no funcionen, que la cabeza o los pies adquieran el peso de una roca lunar y que los colores adquieran delirantes tonos oníricos rara vez vistos cuando se está en un estado no alterado de conciencia.

Pues bien, uno de estos singulares casos tuvo lugar en abril de 2005 cuando millones de televidentes, junto con algunos miles de espectadores que asistieron esa noche al Monumental de Núñez, la mayoría en pleno uso de sus facultades y libres del efecto de cualquier barbitúrico o sicotrópico, pudieron apreciar en la camiseta del Junior de Barranquilla una tonalidad de azul propia de la más bizarra de las pesadillas cortesía de la casa barranquillera Zodium.

En efecto, en aquella noche copera, Junior -que meses atrás ya había sorprendido vistiendo de amarillo en ela final contra Nacional- tuvo a bien lucir un burdo uniforme en tono azul pesadilla con un patrocinio de Cerveza Aguila que parecía estar estampado sobre un fondo de espadadrapo que más que uniforme de competencia parecía la piyama que el patrocinador le había proporcionado a los integrantes del plantel al comenzar la temporada. La explicación no hace falta: tanto el uniforme número uno como el alterno del equipo barranquillero eran similares al tradicional uniforme del equipo de la banda, situación que obligó a la familia Char a darle vía libre al ingenio y al talento del equipo de diseñadores de Zodium.El resultado dejó muy en claro que lo de esta firma es el diseño de sugestivos jeanes que resalten la figura de la mujer barranquillera..

El Once de verde hospital

Fuente inagotable de material para esta redaccción es el Once Caldas y sus sastres. En 1999 el equipo de Manizales incursionó por primera vez en una competición internacional después del subtítulo de 1998 siendo sus rivales en primera fase los argentinos Vélez Sarsfield y River Plate. Al ser blanco el color del uniforme principal de los dos argentinos, el Once de Manizales se vio en la obligación por primera vez en su historia reciente de escoger un segundo uniforme. A juzgar por el resultado, un horripilante verde hospital con burdos vivos blancos y rojos simulando un reguero de pintura en el pecho, la razón del segundo uniforme le llegó sobre la hora a los directivos albos que por esa época confeccionaban bajo la marca «Once Caldas mi equipo del alma» su propia indumentaria. A este lamentable diseño hay que sumarle el patrocinio de un oscuro laboratorio fabricante de suplementos alimenticios –también conseguido a última hora– que colaboró de forma notable para que el uniforme adquiriera un inconfundible aire de atuendo de equipo de torneo interpatios. .

Leopardos morados

Este curioso uniforme azul-morado con franja amarilla de la casa bumanguesa Vera lima (propiedad de Eusebio Vera Lima) se le pudo ver al Atlético en contados partidos a comienzos de 2004. Quizás por la mojigatería que, insistimos, en temas de diseño deportivo ha caracterizado a prensa y afición deportiva del país, este uniforme no se le volvió a ver al equipo dirigido en ese entonces por Óscar Aristizábal.
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