Aporte de Juan Andrés Valencia
Todo un incunable llegó a la mesa de redacción del Bestiario en instantes en los que los integrantes de la unidad investigativa estaban mordiendo mezcladores de tinto y cortándose las uñas con las teclas de la máquina Olivetti utilizada para levantar los textos que usted lee.
(Nota de la redacción: en el proceso de confección informativa se mandan las hojas escritas a máquina, que son transcritas en un computador de un local cercano a una céntrica universidad. Luego el diskette es entregado con los textos en word perfect a varios varios tecnólogos que suben el material a la página desde la moderna consola de un computador Sinclair ZX 81)
En un sobre lacrado aparecía un incunable: la entrada de occidental tercer piso de un fanático que estuvo el 19 de diciembre de 1979 la noche en la que el América de Cali de Carlos Gay, Aurelio Pascuttini, Alfonso Cañón y compañía derrotaba 2-0 al Unión Magdalena de Gasparoni (goles de Cañón y Lugo) y se coronaba por primera vez campeón del fútbol colombiano.
Tom «Pepino» Selleck quemaba las calles del barrio San Fernando en su Ferrari para llegar a tiempo a comer cholado y ver a su América
Imperdible la presencia de Tom Selleck, conocido en Cali como José «Pepino» Sangiovanni y que caracterizando a Magnum, acompañado de sus fieles dóberman Zeus y Apolo, presidía al América (Se decía que Higgins era el contador del club). En el ticket, Selleck (o Magnum, o Sangiovanni, como usted prefiera) les mandaba un saludo navideño a los hinchas, tan rojos como su Ferrari:
“La junta directiva, el personal administrativo y técnico deportivo desean a toda ferviente afición escarlata Feliz navidad y venturoso año 1.980”.
1979 sin embargo tuvo un hecho más importante para los entonces neonatos fundadores del Bestiario: la lesión de Willigton Ortiz producida por un ídolo de esta tribuna: Antonio “Gringo” Palacios.