Estamos en Cartel Urbano

El Bestiario sigue asomandose por la gran prensa. Esta vez fue la gente de Cartel Urbano la que nos dedicó estas líneas:

«Para aquellos que se la pasan alegando que el fútbol es aburrido, aquí hay una razón para callarles la boca: Bestiario del Balón , una página donde los troncos que se los baila hasta la abuelita son los protagonistas, donde los marginados a la banca y las estrellas fugaces se reivindican, donde las rarezas y anécdotas del balompié local hacen recordar otros tiempos. El menú de este blog incluye personajes del mes, uniformes y jugadores feos, fotos curiosas, perfiles de dirigentes corruptos y decenas de historias futboleras que sólo podrían suceder en la tierrita del Sagrado Corazón.»

A ellos, muchas gracias..

El Pibe Valderrama por Amilkar Ariza

Contribución: Dr Orlack

En tiempos del mandato de Hugo Gnecco Arregocés, al mejor estilo de «Miguel Angel» y de «Cares de Lindos», se ordenó en Santa Marta la construcción de la estatua del pibe Valderrama.

Si Florencia –Italia, no confindir con la sede del extinto Fiorentina del Caquetá– se precia de tener la primera estatua desnuda del Renacimiento y la desaparecida ciudad de Rodas de haber creado el más grande homenaje al Dios Helios, era claro que Santa Marta no se podía quedar atrás. De esta manera –y con el afán desmedido de gastar hasta el último peso del presupuesto– se contrató a Amilkar Ariza, conocido artista y escultor de la región atlántica famoso por sus homenajes a Joselito Carnaval, María Moñitos, doña Bertica(la Andrea Guerrero de Telecaribe) y a todo el elenco de «Cheverísimo» para que «se pusiera la 10» que había dejado vacante el hombre de la ensortijada cabellera y a punta de cincel creara una de las maravillas del mundo moderno.

El alboroto creado en torno a tan magna construcción fue solo comparable con lo que se vivía en los años ochenta con la irrupción del Guri Guri en cualquier centro comercial bogotano. La cantidad de niños, borrachos, desempleados, mujeres y ancianos revoloteando por los alrededores del Eduardo Santos aguardando el gran día era impresionante. Fue un 23 de noviembre de 2002 cuando al son de unos buenos merengues de Rikarena y unos tragos de Old Par, el mandatario costeño presentó oficialmente el nuevo atractivo turístico.

La espera valió la pena pues a partir de esa fecha la cantidad de «cachacos» que van a visitar y a tomarse una foto debajo de la efigie es gigantesca. Debemos añadir que en el acto de presentación, y ante el clamor popular que solicitaba más estatuas que adornaran la ya decaída capital del Magdalena, el modelista Ariza prometió ponerse manos a la obra con la de Allan Valderrama y surgió un artista amateur que ofreció la del «salvaje» Orlando Rojas. El Bestiario del balón se compretió a apadrinar la esta iniciativa.


Plano general de la obra.

Leonardo Enciso

De un corresponsal.

Pocos jugadores han sido tan resistidos por la tribuna y tan sostenidos por el director técnico como este delantero nacido en Pereira, pero criado para el fútbol en Cali. Enciso podría ser comparado con el Yohner Toro del América, institución que lo vio nacer para el fútbol pero que se quedó sin argumentos para sostenerlo.

Con cierto aire físico a Julián Téllez, pero con una cabeza que sobrepasaba los límites de cualquier medición, el ’Cabezón’ tuvo además la fortuna, para su carrera, de ser considerado por los técnicos de las selecciones menores de la época. Así, Enciso participó en el famoso Suramericano sub-20 de Ecuador del 2001, en el que el equipo que dirigía Alfredo Araújo quedó de sexto entre seis en el hexagonal final. En ese torneo ilusionó con un gol en el primer partido, frente a Uruguay, y después no la volvió a meter ni en los entrenamientos. Lo mismo pasó en el Preolímpico del 2004, cuando Jaime de la Pava lo llevó como primer suplente de Sergio Herrera y Martín Arzuaga. Como era de esperarse, jugó muy poco y no marcó un solo gol.

Esa falta de pericia frente al arco contrario la sufrió en el América, donde su poder de artillero fue tan escaso como puede ser hoy el dinero en ese equipo. Es uno de los pocos jugadores que fue insultado en un partido por las dos hinchadas al mismo tiempo.

Curiosamente, se fue seis meses a préstamo al Pasto, donde marcó algunos goles y volvió a Cascajal con sed de gloria. Pero nada. Otro viaje a Nariño le abrió el arco y las puertas del América, pero su tercer retorno fue el comienzo de su fin: jugó en Pereira, Cartagena y Pasto, sin éxito. En su último paso por las vecindades del Galeras no anotó un solo tanto. Cuando creiamos que la tercera era la vencida, nuevamente decepcionó. Al parecer colgó los guayos, pues se desconoce su paradero actual..

Especiales del Bestiario: Estadio San José de Armenia

Contribución: Vorphalack

Fue a principios de 1950 cuando un grupo de altas personalidades de la entonces cola de Caldas pensaron en crear un equipo de fútbol que representara los intereses de Armenia y sus alrededores, víctimas del odio y la discriminación sectaria del gobierno entonces instalado en Manizales, y que debió esperar 18 años más para ver su independencia. Por esta época, un equipo fue conformado por jugadores de la ciudad de Rosario en Argentina (de los clubes Atlanta, Ferro Federal y Rosario Central) para venir de gira por Colombia y, por esos azares afortunados del destino, se enamoraron de Colombia, Armenia se enamoró de su fútbol y en enero de 1951, el Rosario Wanders se convirtió en el primer Deportes Quindío.

Los habitantes de Armenia, en una maratónica cruzada que incluyó capital privado de los inversionistas Félix Salazar Santacoloma, Antonio «el Turco» Hadad, Alfredo Sanín y Nepo Jaramillo, sumado a la colaboración económica de la iglesia y el aporte en dinero y trabajo de muchos, alzó en solo 90 días, cifra record en la construcción de estadios en el país, el estadio San José, con estructura en forma de U y una capacidad para 12.000 espectadores que por espacio de 37 años albergó al cuadro Milagroso y su hinchada en sus alegrías y penas (más penas, eso si hay que reconocerlo.


El San José, en sus días de gloria

El estadio fue inaugurado oficialmente el 18 de marzo de 1951 con el partido Deportes Caldas vs. Deportes Quindío, con victoria del Milagroso 3 goles por 1. El primer gol marcado en el estadio favoreció al Quindío y lo anotó en la portería norte Roberto Segundo “Benitín” Urruti de palomita. Este personaje, enamorado de la región, se quedó a vivir en Armenia al culminar su carrera deportiva, convirtiéndose en el más emblemático entrenador de equipos infantiles y de reservas del departamento. Falleció el 8 de diciembre de 2005 a causa de las lesiones que le causó un motociclista imprudente. En 1956, 5 años después de su construcción, el San José tuvo la tristeza de no ser testigo presencial y templo del único título del Quindío, pues el partido definitivo se disputó en Bogotá contra Santa Fé, teniendo que conformarse con el subcampeonato al año siguiente.

En 1980, bajo el gobierno de Julio Cesar Turbay, se oficializa la construcción de un nuevo escenario para el fútbol y atletismo con miras a los Juegos Nacionales de 1988. Con un juego que la selección Colombia ganó 3 goles por 0 contra su similar de Canadá comenzó la era del estadio Centenario. El San José, que atrajo a muchos constructores a llevar progreso urbanístico y comercial a la zona, amén del Batallón Cisneros de la 8a. Brigada a su costado, quedó relegado al fútbol aficionado, durante un par de años al Deportivo Armenia de la B y a la realización de conciertos.

En 1999, tras el terremoto, la alcaldía de Armenia decide convertirlo en albergue para damnificados, pero la verdadera victima fue el propio estadio. Los habitantes de los tristemente célebres “cambuches” se dedicaron a saquear y destruir sin piedad lo poco que años de abandono habían dejado, a tal punto que una vez reubicados se llegó a la conclusión de que era más favorable demoler que rehabilitar. Es así como en el año 2002, años de fútbol, pasión, goles (la mayoría en contra) y muchas tristezas, el estadio San José sucumbió. De su estructura no queda más que un montón de ladrillos cubiertos de maleza, los precarios postes de iluminación y el trazado de la cancha, hoy en día utilizado como centro de entrenamiento y amistosos para el Deportes Quindío y el clásico y siempre violento fútbol aficionado.


El sucesor del San José, el Centenario, en plena construcción.

Especiales del Bestiario: triangular pirata, Cartagena 2001

Cosa común en los partidos de recreo era la facilidad con que las reglas de juego variaban de acuerdo con los caprichos del más fuerte o del que más público femenino arrastraba. Cosa común en el rentado colombiano es la facilidad con que las reglas de juego varían de acuerdo con el talento que para las siempre culebreras lides de la lagartería ostenten sus directivos.

Prueba de esto fue lo sucedido a finales de 2001 cuando el intenso lobby de los directivos del Bucaramanga –equipo que debía descender ese año– tuvo como recompensa la decisión de la asamblea de la Dimayor de ampliar de 16 a 18 el número de equipos de la primera división. Esta decisión, a primera vista inofensiva, tuvo como corolario la realización, en Cartagena, de un muy pintoresco triangular entre el Bucaramanga, el Cúcuta y el Unión Magdalena para definir quienes obtendrían los dos nuevos cupos. Pese a su regular campaña en el torneo de ascenso de ese año, Cúcúta y Unión fueron invitados a la fanfarria cartagenera por su condición de miembros de la División Mayor. Llanto y crujir de dientes se escuchó desde Armenia, ciudad en la que el Quindío supo ganarse a pulso el ascenso directo, cuando se tuvo noticia del aguinaldo con que habían sido agasajados dos de sus rivales de ese año.

Estamos convencidos de que más valdría una crónica del triangular paralelo que en los más connotados escenarios de la pernicia cartagenera sostuvieron los directivos de estos tres equipos al son que les tocaba la plana mayor de la Dimayor, también presente en «La Heroica». Desafortunadamente, no poseemos material suficiente para documentar esta gesta, razón por la que debemos limitarnos a lo deportivo.

Debemos entonces decir que en el primer partido Unión derrotó al equipo de los Pachón con sendas anotaciones de Zárate y Maturana, que en el segundo le repitió la dosis a los «Leopardos» esta vez con goles del gran Amir Buelvas y que en el clásico de los Santanderes Leonel Rocco fue el héroe de la tarde al darle la victoria por la vía de los penales al Bucaramanga después de un lánguido 0-0 contra su eterno rival. De esta forma ,y sin necesidad de marcar un sólo gol, los «Bucaros» aprovecharon este purgatorio improvisado para salvarse de ese infierno de viajes por carretera, canchas sin camerinos y árbitros con resaca que es nuestra nunca bien valorada primera B profesional. El Cúcuta, por su parte, durante varios años maldijo el no haber podido echarle mano a este chisgononón. No podemos decir que no se volverá a repetir..

El sueño de ir a un Mundial…


Foto: Adolfo Zableh Durán (Gelsenkirchen)

Mientras muchos periodistas andaban informándose sobre las novedades de la formación de Costa Rica ante Alemania, Norberto Peluffo y Javier Fernández “El cantante del gol” se echan un “motoso” en plena sala de prensa de Gelsenkirchen en vísperas de la inauguración del torneo que paraliza la atención del mundo entero: El Mundial de Fútbol. Ojo, la foto es ANTES de que comience el Mundial, no después de la final, donde se justificaría tanto cansancio acumulado por un mes de trabajo denodado..

El tiempo de la gente


Buscando refrendar su reciente victoria en las urnas, el recien elegido presidente decidió darse un duchazo de popularidad en el camerino albirrojo en pleno agosto de 1994. Con este objetivo en mente, Ernesto Samper buscó lo más selecto del plantel cardenal para hacerse unas instantáneas. Posan con el presidente electo: Hílmer Lozano, James Aguilar, Elías Correa y Robert Villamizar. .

Tolima Rollman 1989 (reloaded)


El uniforme no alcanza a clasificar para aquellos atuendos de ropa deportiva del equipo de fútbol del colegio o aquél que dio el miembro de la JAL para que el equipo barrial hiciera parte de un campeonato de micro. Un amarillo rechinante, cuello amarillo con triángulo negro, apliques negros y la marca del sponsor “Rollman” (que básicamente era una fábrica de confecciones locales, bastante precarias como el uniforme) destacado en el centro del pecho vinotinto y oro, son la insignia del Tolima a finales de los ochenta. Ni Debbie Gibson o Cindy Lauper estuvieron tan mal vestidas en esos tiempos.

Tan fea es la vestimenta de este equipo, que el mejor vestido en la foto es el aguatero, que está a la derecha de la imagen. El Tolima de 1989, que contaba con joyas del Nilo tales como Rolando Campbell, Diego Rojas, Lorenzo Nazarith, Félix Venté, Diego Laínez, James Aguilar, Ramiro Ruiz, Mauricio Velásquez, César Salas y Mauricio Saíz hizo una muy mala campaña para ese campeonato inconcluso y, de alguna forma, este horripilante atuendo empezó a edificar la ruina tolimense, que se vería reflejada poco tiempo después con el descenso de 1993.

P.D: Gracias a la gente de enunabaldosa hemos tenido acceso al modelo que sirvió de inspiración a los diseñadores de Torino. Rectificación adicional: Rollman fabricaba baterías.
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Falcioni de regreso a Colombia

Lo dijo en su momento el gran Joaquinito: «En Comala comprendí que al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver.» Le ha hecho falta a muchos futbolistas, tan proclives al apego a glorias pasadas y a los buenos tiempos idos, escuchar las palabras del genio de Úbeda. En la lista podemos incluir a Julio César Falcioni cuando a finales de 1991 regresó a la tierra que lo consagró como uno de los mejores arqueros del continente en calidad de refuerzo del Once Philips. Respondiendo a un llamado de su antiguo compañero, Gerardo González Aquino, por ese entonces estratega del Once, Falcioni decidió regresar a Colombia después de desteñidos pasos por Gimnasia y Esgrima de la Plata y Vélez Sarsfield.

Como suele ser la regla con estas segundas partes, el Falcioni que se vio en el Fernando Londoño no parecía el mismo que años antes se había visto en el Pascual. Tan mal andaba Falcioni por esos días que hasta el «Chonto» Herrera –que nunca se destacó por sus dotes goleadores– en un partido que el Once perdió 3-1 contra Nacional supo vulnerar su cabaña. Terminó el torneo con el Once eliminado del octogonal y con Falcioni de regreso a Argentina en calidad de ex futbolista..

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El Bestiario del balón, siempre preocupado por mantener buenas relaciones interinstitucionales, ha ofrecido su espacio al Sistema Nacional de Bomberos para que sean nuestros lectores quienes decidan el ganador del premio Carlos «Papi» Peña al técnico-bombero que esta entidad otorga a quienes han dedicado su vida a las siempre complicadas lides de andar apagando incendios armados por otros. Estos son los nominados:

Option Votes %
Alonso «Cachaco» Rodríguez 30 6.5
Arturo Boyacá 82 17.6
José Iber Gruesso 6 1.3
Carlos Navarrete 144 31
Otoniel Quintana 38 8.2
Javier Castell 10 2.2
Alexis Mendoza 31 6.7
Orlando Restrepo 10 2.2
Cerveleón Cuesta 98 21.1
Felix Valverde Quiñonez 16 3.4
Total votes: 465

Option Votes %

Alonso «Cachaco» Rodríguez 30 6.5

Arturo Boyacá 82 17.6

José Iber Gruesso 6 1.3

Carlos Navarrete 144 31

Otoniel Quintana 38 8.2

Javier Castell 10 2.2

Alexis Mendoza 31 6.7

Orlando Restrepo 10 2.2

Cerveleón Cuesta 98 21.1

Felix Valverde Quiñonez 16 3.4

Total votes: 465