Aparecen, arriba de izquierda a derecha: Hernan Torres, Ceferino Peña, Wiston Girón, James Rodríguez. Abajo: Nestor Pizza, Víctor González Scott, Orlando Maturana, Dorian Zuluaga y Jorge Luis Bernal (D.T).
Contribución: YoSoyElCarlos
En nuestra mediocre historia futbolística al menos hemos tenido la suerte de ver en nuestra selección especimenes que ni en Argentina o Brasil tendrían cabida. Lastimosamente para ellos, se deben contentar con degustar a Zico, Falcao, Maradona, Batistuta, Crespo o Ronaldo, nombres que solo inspiran admiración, mientras que nosotros podemos alegrar una velada de amigos recordando, al calor (¿) de unas cervezas, nombres insignes como el de Eugenes Cuadrado en la selección de Ochoa en las eliminatorias del 86, el Kiko Barrios en la Copa América del 83 o Arley Dinas en las eliminatorias del 2002.
El ejemplo más desopilante fue la selección Colombia que participó en los juegos Odesur de Diciembre de 1986, clasificatorio para los Panamericanos de Indianápolis de 1987. En plena época de Octogonales, fue imposible convencer a los equipos clasificados en llevar a lo mejor que había disponible en el rentado (lástima que no pudimos llevar al Pirata Ferrer!), así que se procedió a la sabia decisión de convocar a lo más granado de los equipos eliminados como Unión, Tolima o Cúcuta.
La nómina base de esa colcha era la siguiente: Hernán Torres en el arco (institución como arquero del Tolima); Alfredo Gonzalez (lateral desapercibido en el Unión). El Chino Gonzalez Scott (ya mencionado aquí), Miguel el Fercho Gonzalez (del Cúcuta, llamado así porque tenía el cabello igual al personaje del Gallito Ramirez; era un patabrava que después del Torneo robó en el Huachipato de Chile) y Seferino Peña (otra institución en Tolima, d
espués ascendió con el Huila en el 92); James Rodríguez (de la recordada selección de Marroquín, pintaba bien pero se quedó en promesas), David Gruesso (salido del América, perdido para siempre en el olvido), Dorian Zuluaga (ya reseñado con sobrados méritos) y Cesar Calero (tuvo una carrera normal en Unión y Junior); el Pony Maturana y Winston Girón (¿?). Viendo esta abigarrada nómina, en realidad no me explico porqué no llevaron a la Piña Mendoza, al Galpón Estrada, a Nestor San Juan o al Paolo Rodríguez, porque perfil sí tenían para integrar este seleccionado.
El DT de esta constelación era Jorge Luis Bernal, también del Tolima y hasta entonces desconocido en el ámbito nacional (bueno, después también siguió casi igual de desconocido.). A pesar de todo, quedaron subcampeones con una buena dosis de huevos, pura garra, corazón y arepa (como las mesas de fritangas), lo que valió para ir a los Panamericanos al año siguiente con un equipo reforzado con jugadores de la talla y clase del Willy Rodríguez. Sin embargo, la suerte se les agotó y quedamos eliminados por México, Guatemala y Paraguay.
De esta curiosa selección no sobresalieron muchos jugadores. Solo Maturana y en algo Calero tuvieron una carrera más o menos decente. El resto es material digno de ser mencionado íntegro en este blog. Al menos pueden decirle a sus nietos «Mijo, yo estuve en la Selección Colombia.».
P.D. Después de arduas negociaciones el equipo de abogados del Bestiario no logró llegar a un acuerdo con los representantes de ODESUR y de la Federación Colombiana de Fútbol para hacerse con los derechos de la foto de esta memorable escuadra. Por este motivo, Bestiario se ha visto obligado a recurrir a este singular recurso fotográfico (inspirado en el album Panini del mundial 2002) para poder llevar a sus fieles lectores el registro gráfico de esta selección.
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