
De cuando en vez no está por demás recordar uno de los estandartes de este espacio: recordar la trayectoria de efímeros foráneos que con más pena que gloria surcaron las canchas colombianas. El afortunado encargado de retomar la senda es Óscar Fabián Cancelarich, arquero argentino de alguna trayectoria en equipos de media tabla como Ferrocarril Oeste, Belgrano y Newell’s Old Boys que a comienzos de 1995 llegó a Millonarios con motivo de la participación de los azules en la Copa Libertadores de América. Tuvo suerte Cancelarich, pues en principio iba a tener que pelear la titularidad con el por entonces joven valor bogotano Eddy Villarraga, pero no fue así. Horas antes de su llegada en un partido nocturno contra Nacional en el Campín el titular azul sufrió una ruptura de ligamento cruzado anterior que dejó el camino despejado para el argentino que en 1990 fue suplente de otro ex millonarios, Sergio Goycochea, en el Mundial de Italia 1990.
Con la titularidad a sudisposición, Cancelarich pronto se consolidó como primer arquero de Millonarios pese a no abandonar sino en contadas ocasiones el buzo Umbro con el 22 en la espalda. Su estilo sobrio y más bien conservador, no le permitió sobresalir lo suficiente como para ganarse el corazón de la hinchada. De nada sirivieron los aplausos que cosechó la noche del partido contra Alianza Lima por la segunda ronda de la Copa Libertadores cuando una espectacular atajada suya «a lo Gordon Banks» impidió el empate de los peruanos. En la retina del hincha quedaron dos o tres errores suyos en los partidos del torneo «Adecuación» en el que la campaña azul fue paupérrima.Terminado este torneo, Millonarios retomó la Copa Libertadores en Agosto, siendo eliminado por Nacional en una confrontación que por momentos revivió lo ocurrido en mayo de 1989 con el juez chileno Hernán Silva. Consumada la eliminación, los «Embajadores» se preparon para aforntar el torneo 1995-1996 contando con Cancelarich como arquero titular. Después de tan sólo un partido en el arco (contra Bucaramanga en el Alfonso López, triunfo azul 0-2), Cancelarich desapareció de su lugar de residencia. Perplejos, los directivos azules temieron lo peor: recorrieron sin éxito hospitales, desayunaderos y morgues en busca del golero apodado, oigase bien, «Teresa» en su país. Cuando se aprestaban, muertos de la pena, a reportar ante el consulado argentino la desaparición del golero, se enteraron que había saltado a la cancha en su país natal y sin un rasguño encima como titular de Huracán.
Militó después en Platense y Central Córdoba. En el apartamento que ocupó en Bogotá todavía le guardan un tarro de Regaine que dejó botado en su huída. .