
Contribución: Doctorfutbol
Hasta la insigne empresa transportadora huilense se sumó a la pasión por el Mundial de 1986. Lejos de engallar su línea de buses intermunicipales con las frases «Firts Class» o «Ciudad de Pitalito», los directivos encargaron a un gomoso del papel contact unas cuantas cintas amarillas para los vidrios panorámicos con la frase: COLOMBIA 86.
De esta forma, la empresa opita se sumó a la iniciativa que buscaba unir a todo el país con la causa que impulsó Alfonso Senior en los años 70. A su llegada a los municipios de Miraflores, Florencia, Mocoa y otras poblaciones de los antiguos territorios nacionales, los buses hacían sonar sus cornetas al estilo del ’klaxon de la barra 25, ta ta tááááá’. Una costumbre que degeneró en la cada vez más espontánea manía de hacer la ola entre los lugareños por el paso del bus.
Y así se fueron sumando más y más flotas, más rollos de papel contact y más fútbol en una región en la que los dueños de las misceláneas ya empezaban a pelearse por la distribución oficial del álbum de Panini. Pero el presidente Belisario Betancourt, dañó todo. Dijo que antes que Mundial 1986, estaban hospitales, escuelas, viviendas de interés social, carreteras….
La FIFA tomó nota y con urgencia designó a México como sede. Acá mientras tanto, los directivos de Coomotor tuvieron que renovar la imágen corporativa de sus buses. Arrancaron de un tajo las calcomanías del Mundial, que fueron cambiadas ahora sí por las tradicionales «Service five stars», «Llegó el consentido» y la inefable «Firts Class».
Las flotas quedaron más bonitas eso sí, pero su llegada al ritmo del klaxon santafereño solo generó la indeferencia de unos habitantes que se quedaron sin Mundial y sin carreteras, hospitales, escuelas y hospitales….

Detalle del aporte de Coomotor a la causa mundialista. .





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