Colaboración de Xeneizebastián
Desde que José Martín Cuevas Lobos -nombre real de nuestro homenajeado- irrumpió a mediados de los ochenta interpretando “La De La Mochila Azul”, una de las muestras más pintorescas de la canción mexicana, se dio a conocer en la escena musical latinoamericana una de las figuras más relevantes de todos los subgéneros que el de la ranchera está en capacidad de parir: Pedrito Fernández.
Así es: El mismo que debe el apellido de su nombre artístico al hecho de que el gran Vicente Fernández lo apadrinara en sus comienzos, el mismo que deleitó haciendo mímica de guitarrista en la agrupación Muñecos De Papel, junto a personajes de la fauna pop latinoamericana, tales como Ricky Martin, Sasha, Biby Gaitán y demás, es quien nos ocupa en esta oportunidad.
Resulta un tanto extraño que después del -relativo- éxito cosechado por el simpático Pedrito en escenarios de la Región Andina y de Centroamérica, le haya picado el bichito del futbolista, y haya calado en el Deportivo Cali bajo el seudónimo de Gerardo Vallejo. La leyenda dice que una vez, Pedrito encabezaba una serenata en honor a una hija de un dirigente del Deportivo Cali, pero cuando empezó a cantar, el directivo le lanzó una cubeta vacía para callar sus atronadores gritos. Fernández, entonces, detuvo el balde con el pecho y le dio una patada con sus botines texanos (no eran botas, sino esas recortadas que daban al tobillo), y le clavó el envase plástico en la cara al dirigente, que en vez de increparlo bajó a “apadrinarlo” (como suelen hacer los máximos jerarcas del verdiblanco) y le ofreció trabajo para jugar en club de fútbol como el Cali.
Pasó de serenatero barato a inamovible seleccionado nacional. Esta es una imagen sonriente, al recoger un jugoso cheque de regalías en Sayco-Acimpro
Allí llegó a tener actuaciones que apenas lograron sobrepasar el promedio, lo que le valió la convocatoria para ser parte de la pantomima protagonizada por paraguayos y colombianos en Asunción, en noviembre de 2001, que terminó con un insuficiente 0-4 en favor de los de Maturana, y que de nada sirvió pues Colombia se quedó afuera de la Copa Mundo 2002; y también fue testigo de excepción de la tragedia ocurrida en Lyon, cuando Marc Vivien Foe cayó como un “Muñeco De Papel” en el juego Camerún-Colombia por la Copa Confederaciones 2003.
Reiterados desplazamientos Cali-Ibagué-Cali, una que otra salida del país por motivos de alguna convocatoria a la Selección o por juegos de Copa Libertadores, ocupan hoy la agenda del otrora artista mexicano, que antes de ocupar el lateral derecho de los equipos a donde tocó la puerta, logró pegar un poco más de media docena de canciones entre las adolescentes del continente.
Se le vio en público por última vez hace un par de días en Maracaibo, corriendo detrás de unos tales Roque Santacruz y Salvador Cabañas, pero aún no logramos establecer sí los perseguía para marcarlos, o para dedicarles alguna tonada de su extensa obra.
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