
Delantero vallecaucano de largas piernas que desembarcara en Millonarios a mediados de 1995 proveniente de Alianza Llanos en compañía de Freddy Bogotá. Recien desembarcados, tuvo más suerte Bogotá quien fue titular -muy discutido- durante buena parte del segundo semestre del año, cuando Karol Wojtila todavía estaba al mando de los azules. Valoyes, por su parte, ocasionalmente era tenido en cuenta como alternativa para los tiempos de resposición. Con el pasar de los días se invirtieron los papeles y a medida que el caleño sorprendía por su tranco largo y su habilidad con el balón, los yerros de su compañero de atardeceres llaneros se iban haciendo cada vez más frecuentes.
Así, para los cuadrangulares de 1996 Valoyes ya había marcado más de un gol y era relevo habitual de Alex Daza y Marcio Cruz. Bogotá, por su parte, participó de los festejos del subcampeonato de ese año en ropa de calle. Sin llegar nunca a consolidarse definitivamente como titular, Héctor tendría su mejor momento en el segundo semestre de 1997. Un gol en Tuluá que le dio los tres puntos y el liderato al Millonarios de Diego Umaña, sumado a uno, memorable, de chilena en una tarde gris de lunes festivo en Ibagué, le permitieron probar la titularidad y hacerle creer a la afición de que por fin había llegado la hora de su despegue definitivo. Pero no fue así, una vida, según fuentes que se negaron a revelar su nombre, díscola sumada al terrible bache futbolístico que padeció Millonarios al comenzar 1998 de la mano de «Pacho» desubicaron al hábil delantero quien no se volvió a asomar por las concentraciones.
Después de un paso, aún sin confirmar, por el Atlético Huila, Valoyes -armado de un hábil empresario- tomó la senda del futbolista colombiano que sin mucho ruido incursiona en el exterior. Aguila de El salvador, Wanka y Unión Minas de Perú y la liga de Qatar fueron sus escalas. .









