Mamá: estoy triunfando

Contribución: Álvaro Castellanos

El gol de tiro libre que le quitó el invicto al Milán en el 93. Dos de los cinco goles con los que Colombia se burló de Argentina en el 93. Aquel mítico hattrick ante Barcelona por Champions League en el 96… en fin, sí es por sus logros con el balón, el popular “Tino” no tendría porque engalanar este gris bulevar de los sueños rotos.

Pero así como hace unos meses, cuando lo sorprendimos mal parqueado chupando ron en la playa con Chicas Santacola, el siempre impredecible ‘Tino’ está de regreso, esta vez como refuerzo de lujo de un equipo de rockeros londinenes ,mejor conocidos como Iron Maiden.

Virtuosos para el oscuro arte del Heavy Metal, pero desprovistos de la más mínima capacidad para patear un balón, un día de 1998, Blaze, Steve, Adrian y Nicko se cansaron de perder cuanto picado amistoso que jugaban y decidieron que no iban a seguir siendo el hazmerreír de sus congéneres tatuados. Por eso, sentaron en la banca a su incompetente cuadrilla de carga cables y amigos y se metieron la mano al bolsillo para incorporar algunas súper estrellas del fútbol mundial. Stuart Pearce, Patrick Vieira, Marc Overmars, Ian Wright, Paul Gascoigne ¡y sí! Faustino Asprilla fueron finalmente los fichajes para reforzar a este seudo-equipo de fútbol.

Para ese entonces, ya en su segundo ciclo con el Parma de Italia, Asprilla venía de destacarse el en Newcastle United de Inglaterra, motivo por el cual se ganó la confianza de Bruce Dickinson y sus amigos.

A propósito, dicen que Asprilla entabló una estrecha amistad con el siempre virtuoso y polémico Paul Gascoine, gracias a su gusto compartido por el cine arte, los museos y la literatura inglesa, los cuales supieron alternar con uno que otro galpón de pola que se les atravesó en su camino.

La prueba reina del fichaje del tulueño se encuentra en el álbum Virtual XI de la banda que vio la luz en 1998. En la foto, nótese la pícara sonrisa del delantero tulueño, tal vez producto de los recuerdos de la juerga compartida con el también sonriente Gascoigne. Así mismo, nótese la forma en la que escriben el país de procedencia de nuestro ‘pendular’ delantero: “Columbia”, a pedido expreso de la Federación Colombiana de Fútbol que desde el primer momento se opuso a la convocatoria. .

Clase turista

Por cosas del destino, las delegaciones de Argentinos Juniors, la Selección Colombia y el América de Cali, se encontraron en un vuelo con ruta Cali-Bogotá-Cali-Lima-Huaral-Antofagasta-Santiago-Mendoza-Buenos Aires… No importó que algunas rencillas producto del primer encuentro de la final de la Copa Libertadores de 1985 no se hubieran cerrado en el campo de juego y fue así como JJ López, ex ídolo de River Plate y en esos tiempos integrante del club de La Paternal (en la foto, de negro), decidió echarse un motoso corto.

Los demás integrantes del vuelo le siguieron la corriente aunque fueron menos discretos. Battaglia, por ejemplo no pudo jugar con maestría el juego de revancha en Buenos Aires, producto de una tortícolis que minó sus capacidades. Falcioni fue apartado del grupo principal por sus fuertes ronquidos, al igual que Enrique Esterilla. Víctor Luna fue objeto de burlas porque dormido, y con su forma de pelo, parecía “Un muñeco de lego”.

Y claro, Juan “El martillo” Penagos, con corbata descachalandrada, tuvo que ser despertado por agentes de seguridad que inspeccionaban el avión… en Lima, Perú.

América no quiso pagar el viaje de regreso de Penagos por lo que al “Martillo” le tocó echar quimba hasta Cali.

Y los dirigentes americanos (ellos en primera clase) también se durmieron cuando sus pares de Argentinos programaron el tercer partido que definiría al campeón apenas dos días después del segundo encuentro y justo en Asunción, una cancha en la que pocas veces Colombia ha podido ser grande.

Imagen cortesía de enunabaldosa.
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Y vámonos…

Nunca tan comprometedora como las reveladoras imágenes de Jaime Castrillón y la siempre coqueta actriz Yuri Katerine, esta simpática imagen, con un cierto aire nupcial, da cuenta de un grado de cercanía y confianza entre Julio César Falcioni y Mario Hernán Videla hasta la fecha desconocido para el grueso de la afición.

Imagen cortesía de DIABLOAMERICANO..

Entre camaradas

Se acerca el día del trabajo y el Bestiario del balón no podía ser ajeno a esta celebración. Para esto, qué mejor que esta imagen tomada del hall de la fama de la CUT en la que el «Pibe del barrio obrero» estrecha de la mano del reconocido dirigente sindical Jorge Carrillo. Sobra decirlo, la química entre ambos fue inmediata.

Gracias, DIABLOAMERICANO..

Bebeto y Ronmario…

Foto: Curramba

Cuando uno se ha retirado del fútbol, flaco favor le haría a la vida si decidiera seguir entrenando y levantándose a las 7 de la mañana para hacer una pretemporada. No. Para eso está el tiempo del “día después”. Si uno supo acumular fama en los campos de fútbol, qué mejor que aprovechar ese prestigio en playas y con “chicas santacola” al lado.

Desgraciado uno que tiene que trabajar hasta los 80. ¡Viva el “día después”!, ¡Viva el ron oscuro!, ¡Vivan las pelotas playeras!, ¡Viva el “cocoloco”! ¡Viva Faustino Hernán Asprilla Hinestroza!
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Marco se ha marchado para no volver…

Para todo dio el torneo de la Esperanza que juveniles de varios países disputaron en el Valle del Cauca a comienzos de 1993. Desde un Real Madrid patrocinado por la pollería local Kokoriko hasta una batalla campal a cargo de los impetuosos juveniles de River Plate, pasando por unos mozalbetes italianos del registro de la Sampdoria que en su equipaje se llevaron la sonrisa y, nunca mejor dicho, las esperanzas de más de una joven colegiala tulueña. Si hemos de creerle a la revista Deporte Gráfico que tuvo a bien registrar el suceso, los mancebos de la foto «arrastraron con el corazón de muchachas tulueñas, quienes los prefirieron por sus pintas y la contagiosa alegría propia de los italianos, mezcla de ruido y jovialidad». Esto no es todo, pues según la misma publicación, «algunas niñas de Tuluá aún lloran por la partida de tan apuestos jovencitos».

No se extrañe entonces amigo lector si en unos meses la prensa nacional registra la aparición de un habilidoso volante tulueño que llama la atención de propios y extraños por su talento y por lo sonoro de su apellido, nada común por estas tierras.

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¡Quite chino sapo!

Los árbitros son los seres más odiados en la esfera del fútbol, y si cuando uno es niño, se les coge bronca, hasta pasa a ser imperdonable el peinado de Rafa Sanabria o la gordura de Antonio Chávez. En pleno sorteo de campo en el juego Colombia-Argentina por las eliminatorias hacia el Mundial de 1986, el réferi manda manotazos entre Diego Maradona y Norberto Molina para que el recogebolas se largue y no sobe con autógrafos o cosas tan pueriles.

Pero como nuestro anonimato nos hace sentirnos tan mal como el recogebolas, aquí un homenaje al soldadito desconocido que quiso bravear a Maradona y que terminó braveado por sapo..

Nuestras ovejas Dolly

Incunable fotográfico que muestra en una misma imagen a los más adelantados “imitadores” (solamente en look) de Carlos Valderrama. La consigna para Misael Ávila y Dorian Zuluaga estaba clara: en 1987 su buena campaña con el Deportivo Pereira les iba a dar grandes cosas, tal vez un Renault 21 en Francia o un contrato eterno con Belcolor. Ninguno estuvo cerca, pero hay que decir que Misael fue doble del “Pibe” Valderrama en el comercial de los desodorantes Montpellier que hicieron famoso al ídolo de Pescaíto y en el malísimo Cali de 1988. Dorian, en cambio, regresó a Santa Fe, donde estuvo varias tardes aciagas, buscando el talento perdido.
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Yo amo al "Coroncoro"

La euforia desatada por la clasificación de Colombia a Italia’90 invadió todos los rincones de la vida nacional. Fue en este contexto que se dio el primer desnudo artístico a cargo de un futbolista. El episodio en cuestión tuvo lugar cuando Luis Carlos Perea abandonó las páginas de las publicaciones deportivas para posar en traje de Adán junto a Fanny Mikey en el afiche promocional del «Yo amo a Shirley», simpático montaje a cargo de Fanny y su gente del Teatro Nacional. A juzgar por la sonrisa de ambos, no invitó Caracol sino el popular «Coroncoro». .

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Una selección bien amparada

Un incunable por donde se le mire. La joya de la corona de nuestra modesta colección. En 1985 las fuerzas vivas de la nación unieron fuerzas para designar una comisión de notables que tendría la misión de encontrar la forma para sacar a nuestro fútbol del abismo en el que se encontraba después de sendos fracasos en las eliminatorias recientes y, especialmente, después de haber abdicado a la sede del mundial de 1986. La comisión, encabezada por Daniel Samper Pizano, comenzó por cambiar el atuendo de la selección: del blanco y el zapote ambos con franja tricolor al amarillo y al rojo como uniforme alterno. Para presentar el nuevo diseño nadie mejor que la diva del momento: la inacabable Amparo Grisales. Pretendía también esta comisíon, como se lee en la breve reseña que por esos días se publicó en El Gráfico de Argentina, «reconstruir la imagen de nuestra Selección para hacer desterrar la relación que se hace del narcotráfico con el fútbol colombiano». Éxito total el de la comisión.

Muchas gracias, enunabaldosa..