Nelson "Tyson" Hurtado

Delicado volante de marca que debió cargar durante su carrera con el sanbenito de un apodo que no guardaba relación alguna con sus modales en la cancha. A juzgar por lo que se le alcanzó a ver en los gramados, «Tyson» era un piropo para Nelson y un grosero agravio para Mike.

Al igual que el carismático pugilista norteamericano, célebre por llevar el ring al lecho matrimonial, la vida privada de nuestro Tyson ayudó a inmortalizarlo. En efecto, más que por las innumerables tibias y peronés rotos que dejaba desperdigados a su paso, a nuestro «Tyson» se le conoció más por los celadores y tenderos capitalinos que puso en estampida ante los picos de botella que enarbolaba en noches de Nectar, vallenato, 4X4’s y algo más…

Habría sido «Tyson» un recio volante de marca más de no haber mediado un súbito enamoramiento de Bolillo hacia él promediando 1997. Con dos o tres convocatorias a partidos amistosos, Bolillo le dejó claro al país que de haber querido, nadie le hubiese impedido convocar a su caballo para algún partido contra Haiti u Honduras.

Debutó y permaneció entre 1994 y 1997 en Santa Fe, club que lo catapultó a la fama y que le sirvió como trampolín para su posterior paso al Envigado. Desfiló también por Nacional, Quindío y Unión Magdalena para finalmente realizarse como persona y como profesional en el Deportivo Quito.
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Max Caimán


Imagen cortesía de Maximus

Inspirado en Max Torres, Álvaro Lemmon y Buda, este animal tan característico enarboló la extrema ceguera colombiana, en forma de talismán, cuando la selección se aprestaba a “ganar” el campeonato mundial de Estados Unidos en 1994.

La mascota del combinado nacional salió como una de tantas formas de merchandising insulso y predecible después del 5-0 ante Argentina (la industrial de máquinas de coser Pfaff, por ejemplo, vendía televisores RCA a módicos precios), que ubicó a nuestro fútbol en la cresta de la ola. El secreto para que esta cábala de Max Caimán tuviera efecto era sencillo. Cada vez que los hombres de Francisco Maturana saltaran a la cancha, había que frotar con fervorosa pasión la barriga del animal para que las fuerzas del más allá le dieran un nuevo y ya hasta aburridor triunfo a una Colombia empachada de gloria.

El efímero reinado de Max Caimán trajo consigo álbumes, botones y hasta copias piratas que se vendían como carteras de cocodrilo recién salidas del horno en todos los semáforos de nuestro país. Mientras los incautos gastaban dinero en el estúpido tótem, los creadores de este esperpento (entre los que se encuentran prósperos empresarios como los archiconocidos Felipe Santos y Mauricio Arbeláez) se solazaban por su cabezazo y frotaban sus manos no precisamente en la panza del caimán, sino en sus engordadas billeteras.

Pero el frotis no funcionó en USA 94. Y Max Caimán, que, contaba la leyenda, supuestamente había llegado a la tierra para salvar a la Selección Colombia de una ignominiosa derrota frente a un combinado de marcianos, fue raptado seguramente por algún fenómeno UFO y nunca más apareció en calles y vitrinas. Hoy conseguir uno de esos lagartos es tan difícil como ver un copete Alf o unos jeans froster, por eso esta imagen con la que recreamos el texto puede ser catalogada como un incunable..

Tiernos monachos rojos

Gentil contribución de Graficas Guarichas

Estos dos almanaques de bolsillo fueron realizados en diferentes años. Uno fue hallado en unas excavaciones en Cali, durante la construcción del MIO y el otro en Neiva, en una sequía del Río Magdalena. Sus aportes históricos son invaluables, pues la misma figura se repite en dos almanaques de dos empresas diferentes que a la fecha no tenían ninguna conexión entre sí. Quizás fue de este modo el América ganó muchos adeptos en las tierras opitas.

El segundo almanaque, el del 88, reporta una pequeña banderita colombiana en su esquina. Eso se debió, seguramente, a que el América era Colombia en la Libertadores..

Once Caldas-Adidas III

Esta nueva entrega de nuestra apasionante serie Once Caldas-Adidas, con la que pretendemos dejar testimonio para la posteridad del rocambolesco comienzo de la relación entre el cuadro manizalita y la multinacional alemana, nos trae el primer atuendo que Adidas le proporcionó al equipo que por esa época estrenaba título continental. El diseño de este uniforme a primera vista parece ser el mismo del uniforme, ya reseñado, que meses más tarde luciría el Once en su periplo por tierras coreanas. Sin embargo, una observación cuidadosa nos permite ver en este diseño las tradicionales rayas de la marca teutona en las mangas ausentes en la versión coreana sumado a un curioso triangulo con pretensiones orientales rodeando el logo de la marca ubicado en el pecho.

Este primer boceto se le pudo ver al Once en los primeros partidos de la copa 2005. En el partido contra San Lorenzo, en Argentina, estrenarían un nuevo diseño con mucho menos negro y muy parecido al que por ese entonces lucía el Real Madrid. Una excentricidad hizo parte de estos días: mientras en Copa el Once orgulloso lucía su nuevo sastre y su nuevo patrocinador: Movistar, en sus partidos de Copa Mustang la vieja ropa de la casa bogotana FSS (sin el patrocinio de Movistar) vestía al equipo satélite. .

Severa pasión


Fotografía de Juan Pablo Gutiérrez

El Bestiario del balón, siempre preocupado por promover la cultura, el deporte y el respeto a los abuelos, ha decidido darle una nueva orientación a su tradicional sección «Postales de nuestro fútbol». A partir de la fecha daremos cabida a todo tipo de manifestaciones artísticas de los fanáticos colombianos que tengan alguna relación con el deporte rey. Agradecemos al sr. Silvester Stallone quien muy gentilmente cedió los derechos para la publicación de esta imagen con la que inauguramos la remodelación de nuestra sección..

El Pacho de todos

El siempre genial Pacho en otra de sus geniales aserciones. Esta vez, días antes del comienzo de las eliminatorias a Italia´90 a propósito de las críticas de algunos sectores hacia la selección..

El "Pájaro" Juárez en Panorama

El programa de JES, donde el maestro Otto Greiffestein (locutor brillante, actor de películas como “Esposos en vacaciones” y “Colombia Connection”) terciaba al lado de las más bellas jóvenes modelos-periodistas de esos tiempos como María Andrea Vernaza, Ximena Godoy y Erika Schultz entre tantas otras, era el espacio de opinión más visto de la televisión colombiana durante los años ochenta.

Parte del gran atractivo de esta creación (con el copyright de Julio Sánchez Vanegas) era la mezcla entre belleza, notas light y entrevistas de coyuntura, que despertaban comentarios durante toda una semana. Ahí, en “Panorama” Daniel Samper Pizano, Fernando González Pacheco, El Payaso Bebé, Yamid Amat, Juan Manuel Rivas y Guillermo “La Chiva” Cortés pidieron públicamente ayuda a los fanáticos de Santa Fe, quienes debían comprar unos bonos accionarios para que el club no fuera condenado a la quiebra. Y funcionó.

Y en 1990, Jaime Sánchez Cristo entrevistó a Óscar Eduardo “El Pájaro” Juárez, insignia de Millonarios para que le explicara los motivos por los cuales el club azul no había conseguido su entrada a los octogonales por primera vez desde que se estableció este tipo de sorteos.

Juárez no se salió del molde y fue un hábil declarante. Claro, no podía decir que el equipo era muy malo, que Daniel “El turco” Ahmed no le metía goles ni a sus primos menores o que Omar Franco se hizo experto en recibir goles de jugadores como “Manimal” Cortés o “Gandhi” Rodríguez o que el conjunto campeón en 1987 y 1988 se estaba diluyendo por la terminación de un ciclo lógico.

Luego el “Pájaro” jugó en Cali, Medellín, Neiva, Cúcuta y Tucumán y “Panorama” terminó extinguiéndose por la aparición de los canales privados.

(Texto de ustedesnoexisten).

Quindío-Santa Fe, 1988

Una de las páginas de oro de nuestro nunca bien valorado rentado se escribió en el por ese entonces recién inaugurado estadio Centenario de Armenia. Corría el minuto 45 de la segunda etapa y el cuadro cafetero se imponía 1-0 sobre su rival capitalino. Minuto 47, minuto 49 y el juez Luis Fernando Gil no mostraba ninguna intención de dar por concluida la primera etapa. Minuto 53, minuto 54 y nada de nada. Fue en el minuto 58, después de un gol de Sergio «Checho» Angulo que Gil recordó aquella norma de los 45 minutos. Después del empate, la hecatombe, los desmanes. Invasión de cancha, terna arbitral huyendo despavorida y jugadores batiendose a golpes con energúmenos aficionados.

Sobre el porque de tan exagerado alargue muchas cosas se dijeron. Con el tiempo tomó fuerza la versión según la cual una apuesta fue la causante de la extralimitación del avezado referí. Certeza, en todo caso, nunca hubo y el recurso a las ya traqueadas «mafias de apostadores» como simpre funcionó de maravilla para pasar esta página con la que inauguramos nuestra nueva sección: Beta Bestiario. .

Félix García

Contribución del Toto

Desconocido zaguero nacido en Bogotá el cinco de diciembre de 1983. Llegó al fútbol uruguayo en el 2002, a Wanderers, proveniente de poderosos equipos como Implacables de Buenaventura y el Coopebombas de Medellín, del registro de la Liga de Antioquia. En los «Bohemios» lo único que hizo fue pasear por el Viera, conocer el Rosedal y al «Pipa» Lago, porque no jugó. Después, en el 2003, dice que fue al Cruz Azul. «Fui un año al Cruz Azul de México con otro colombiano, John Jairo Cullman». De su paso por tierras aztecas no existe registro alguno.

En el 2004 dice que le picó el bicho de volver al Uruguay. Llegó y entrenó en Nacional, aunque pocos los recuerden y los hinchas de Peñarol se lamenten que no haya quedado en «Los Céspedes». Se fue entonces a hacerla a Europa en donde estuvo en el poderoso Hyraclis Salónica de Grecia, dirigido por Sergio Markarian, de quien asegura «haberle aprendido mucho».Pero no se que aprendió, a defender seguro que no.

En el 2005 apareció en Plaza Colonia, donde compartió zaga con el africano Mustafa.A mitad de año Malvarez (su genial empresario) lo quiso colocar en Hungría pero no pudo meterles el paquete.Entonces, qué mejor que encajárselo a un gran comprador de paquetes como el Cr. Damiani. Eso si: con tal de que no vengan de la calle Divina Comedia.

En Peñarol alternó en el Apertura 2005 con actuaciones discretísimas como la del día que el equipo mirasol perdió 7 a 2 con Danubio. Ese día los delanteros franjeados entraban por la defensa con mucha facilidad. En los manyas pudo anotar un gol en el tiempo que estuvo, pero fue en contra y favoreció a Paysandú F.C. En el clásico hizo la jugada mas relevante, se llevó la pelota hasta el área tricolor casi del medio campo y cuando los aurinegros, incrédulos, se pellizcaban para saber si era cierto lo que veían cuando se enfrento a Bava Félix se cayó y todo volvió a la normalidad.

En el resto de los partidos mostró flojedad, le entraban fácilmente,cometía muchos penales y encima lo expulsaban como el último partido contra Rocha.
Aunque a la hora de definirse Félix aseguró: «me considero un jugador fuerte, técnico y con mucha velocidad; y como espejo siempre tuve a Fernando Hierro, a quien admiré por su elegancia y su liderazgo en la cancha».

En alguna ignota web colombiana a Félix lo definen como «un defensa fuerte, que va bien al juego aéreo y muy rápido a la hora de ir a los cierres».Después de esto habría que cortar el post por acá, pero hay más porque lo mas gracioso de todo esto es que Malvarez declaró en Colombia, según nos informaron, algo así como que en Uruguay querían nacionalizar a Félix García y que el Deportivo La Coruña tenia interés en llevárselo. Para este 2006, Garisto lo tuvo como séptimo zaguero incluso atrás de Izaguirre, esto hizo que en el tiempo que el fútbol estuvo parado por los hechos de violencia Félix hiciera la valija y partiera.

Lo último que se supo es que Malvarez lo habia llevado a probar a River Plate argentino, según leimos en diario Ole de ese país. Lo que no dice es de que lo iba a probar. Seguramente de canchero del Monumental de Núñez.

Homenaje en asocio con el nuevo integrante de la comunidad, reemplazo de lujo de Seducidos & abandonados: Dondefueronaparar.

Bogdan Tomic

Contribución de Manuel Carreño

Hernán Darío, el “Bolillo”, Gómez alguna vez dijo (en tal vez su declaración más cantinflesca de tantas) que Aristizabal era el “mejor jugador del mundo sin balón”. Semejante esperpento, cuya única función era la de justificar la pobrísima producción de “Aristi” en la selección, terminó por hacer carrera obligando a todos los futboleros a preguntarnos acerca del concepto. Sin embargo, “El Bolillo” estaba equivocado (una vez mas): el mejor jugador sin balón de toda la historia era yugoslavo y jugó (¿jugó?) en Santa Fe.

Era un domingo por la tarde del año 2000. El rival de la fecha era el Once Caldas. Esa semana había llegado al equipo un yugoslavo, mediocampista mixto, de nombre Bogdan Tomic oriundo de Novi Sad (Serbia) y de la cantera de la reconocida Escuela Voivodina. La parcial santafereña pronto se emocionó pensando que talvez estábamos ante alguna reencarnación de Sekularac.

Ese domingo, en un apretado partido, Santa Fe logró irse adelante en el marcador con gol de “Pacho” Serrano y decidió defenderlo como fuera. Ya en las postrimerías del encuentro, “El Pecoso” decidió hacer su tercer cambio y llamo a Tomic, quien llevaba la casaca número 6 y le dio instrucciones durante muchos minutos, casi como si quisiera meterlo. Finalmente el cambio se realizó en el minuto 46 y medio del segundo tiempo, en medio de un atronador aplauso. Tomic no alcanzó a tocar el balón y unos pocos segundos después el partido se acabó con victoria cardenal.

Santafe volvía a ganar en el Campín, lo cual dejaba una cara de satisfacción en los jugadores quienes en medio de tímidos aplausos iban entrando al camerino, no era este el caso del bueno de Tomic, ya que mientras tanto el reventaba de alegría y comenzaba a dar vida a su leyenda.

El jugador se quitó la camiseta, bailó, saltó, se tiró al piso, alcanzó a botar alguna lagrima, gritó mientras miraba emocionado al cielo, caminó algunos metros arrodillado, se acercó a la reja de sur, se subió en lo mas alto y empezó a revolear la camiseta con los cada vez mas emocionados hinchas. Incluso se le oyó cantar junto con la barra “io te sigue todos partas cada vez te quiere mas”. Dio una mini vuelta olímpica mientras gritaba todo tipo de arengas en yugoslavo y finalmente se metió al camerino 35 minutos después con el puño apretado en señal de victoria.

A qué se debía su euforia no se sabe a ciencia cierta, algunos aseguran que el agente que lo trajo le aseguró que una victoria contra el Caldas le permitiría a Santa Fe jugar la final de la Libertadores el siguiente domingo. Otros afirman que Tomic nunca había estado en una cancha donde se jugara fútbol profesional y eso era suficiente motivo para estar feliz. Mas allá de la razón que fuera, si algo quedó claro es que en Santa Fe nunca se vio a nadie celebrar un triunfo de tal manera.

Los periodistas y fanáticos comentaban que si ese jugador sentía la camiseta en la cancha de la manera que celebraba, estábamos ante un nuevo ídolo. Pero esta hipótesis no se pudo comprobar: al otro día Tomic se devolvía en un avión para su tierra y nunca mas se sabría de el.

Decir que Tomic era un tronco puede ser una falsedad. En verdad a nadie le consta, ya que no toco el esférico. Sin embargo, un minuto en la cancha fue suficiente para dejarlo en la historia cardenal reciente, junto a Penayo y Liberman. Por eso no dudo en afirmar que Tomic fue el jugador sin balón que mas huella dejo en Colombia..