
Esta alada figura fue durante mucho tiempo la imagen del hincha colombiano, desprovisto de sensatez, pero fanático a muerte de su país. Nacido en Barranquilla, cuando apareció en escena a finales de los 80, fue símbolo de nuestra mejor época futbolística. Por eso, alguna vez cuando fue entrevistado en “Charlas con Pacheco” en pleno Metropolitano y con Fernando González Pacheco disfrazado de Pibe Valderrama, contaba que su estadía en el mundial de Italia ´90 fue más sufrida de lo imaginado: para subsistir al hambre recurrió a cuatro tarros de mylanta para alimentarse y entraba a los estadios colándose en aquellos que carecían de torniquetes.
Pintoresco, con una particular manía de hacer un gesto como quien pega un alarido, pero sin que ningún sonido saliera de su boca, empezó a ser patrocinado por varias empresas con el fin de sustentar sus gastos en los periplos de las selecciones Colombia.
Tal vez cuando vio que gracias al dinero podía viajar perdió el encanto que alguna vez osó ostentar. Sus peinados, hechos con inmensas capas de Kleer Lak y balones de mazapán eran toda una rareza, pero algún chauvinista desubicado, habló de que el “Cole” era nuestro símbolo ante el mundo. Es decir, casi Juan Valdéz y su mula perdieron su status por el revejido cóndor humano de bigote ralo.
La eliminación colombiana para el mundial de 2002 nos mostró la real faceta de este personaje y sus intenciones intestinas de viajar por el mundo y no por hinchar hacia el país que le patrocinó su manifiesta vagancia durante años: Se fue a Corea y Japón para apoyar irrestrictamente a la selección de ¡ECUADOR!
Pocos se percataron de su actitud paria y algunos oligofrénicos lo justificaron: “Es que Ecuador es Colombia en el mundial de Corea y Japón y es bueno que el Cole esté allá para que se acuerden de nosotros”.
Cracks colombianos como Willington Ortiz, Alejandro Brand y Pedro Zape nunca alcanzaron a clasificar a una Copa del Mundo y Carlos Fernando Navarro Montoya, a pesar de sus intentos y de su manifiesto carácter paria, no consiguió entrar a la Selección Argentina por haber defendido la camiseta colombiana en un repechaje en 1985 contra Paraguay. Alfredo Di Stéfano, por una lesión, no alcanzó a entrar con España a disputar el mundial de Chile ´62.
Cole en cambio se dio el lujo y defendió dos países diferentes en sus viajes de Copa del Mundo. Nadie dijo nada, como era de esperarse.
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