Andrés "Roque" López

Más conocido como «Roque Santeiro» por su parecido con el galán de franja maldita brasilero, este caleño terminó en Millonarios por accidente. Un buen día de vacaciones acompañó a un amigo del barrio a probarse y ante la falta de voluntarios para pararse bajo los tres palos terminó de arquero voluntario recibiendo, sin querer queriendo, el vistobueno para quedarse en las inferiores del club azul. En ellas permanecería hasta que fue incluido en el paquete de jóvenes promesas que viajaron a comienzos de 1993 Florencia, Caquetá, a reforzar a la Fiorentina criolla.

En Florencia no permaneció mucho tiempo el buen «Roque». Para 1994 ya estaba de regreso en Bogotá con un vistoso “22” a sus espaldas que lo acreditaba como tercer arquero del Millonarios de Wojtila con Eddy Villarraga y John Freddy Van Stahlen por delante en su posición. El subtítulo obtenido en diciembre en una época en la que el subcampeón era premiado con un cupo a Copa Libertadores, facilitó su debut al año siguiente en el arco del equipo satélite que protagonizó un sonoro descalabro en el torneo nivelación 1995.

Para el segundo semestre, la lesión de Eddy Villarraga y la inesperada partida de Fabian Cancelarich obligaron a Andrés a abandonar su lugar en las gradas para ser el suplente durante seis meses de Luis Fernando Sánchez. La espera en el banco sería recompensada al año siguiente cuando el regreso de Villarraga le permitió a “Roque” a su vez regresar a la tribuna para festejar desde ahí el subtítulo de 1996. Salvo por una que otra fugaz paloma en el arco –una de ellas cortesía de Ángel Castelnoble en una de tantas derrotas de Millonarios ante el Cali en Bogotá-, “Roque” permaneció opacado por Villarraga y Luis Fernando Sánchez hasta mediados de 1997 cuando ambos decidieron buscar nuevos y mejores horizontes. La partida del titular y el suplente no significó el ascenso del tercer arquero, López en este caso, sino la llegada de un desconocido uruguayo de nariz aguileña y apellido desconocido que muchos creyeron sería materia de burla: “Héctor Burguer, viene de México y es el nuevo arquero de Millonarios”, dijeron los cronistas recién conocida la noticia. El “tal Burguer” llegó y al cabo de dos partidos ya era ídolo de la fanaticada. “Roque”, por su parte, comenzaba su carrera de eterno y reconocido suplente, con episodios tan desafortunados y tan comunes en los de su estirpe como aquella vez en que estaba listo para reemplazar a Burguez en un partido contra América en Bogotá y una lesión en un dedo a menos de 24 horas precipitó el debut del tercer arquero de entonces, Rafael Escobar.

Después de seis meses en el Deportivo Pasto, a finales de 1999 regresó a Millonarios para disputar la posición con otro suplente de dilatada trayectoria: Eduardo Niño, quien arrancó con ventaja por ser de los afectos de Jaime”El flaco” Rodríguez y de los directivos de aquel entonces. Pese a demostrar con creces ser incompatible con la titularidad, hizo falta todo un año para convencer al cuerpo técnico. “Roque”, paciente, mientras tanto se entretenía atajando en la Merconorte. Fue sólo hasta comienzos del 2001 que por fin pareció haber llegado el ansiado momento de decirle adiós de una vez por todas al frío banco. Todo iba de la mejor manera hasta un partido en Bogotá contra el Pasto cuando un balón traicionero proveniente del botín derecho de Carlos Rendón sorprendió mal parado al recién estrenado como titular y fue a dar al fondo de las piolas. Este gol sirvió para que el Pasto se llevara los tres puntos y para que Roque perdiera su recién estrenada titularidad. A este difícil episodio se le sumó días después una desafortunada declaración en la que recurrió a la hinchada de Medellín como ejemplo de fidelidad y perseverancia. Sus palabras, como era de esperarse, fue inmediatamente malinterpretadas por un sector de la crónica deportiva que se encargó de hacer del buen “Roque” el villano de turno invitándolo constantemente a continuar su carrera en la “Bella villa”.

Desencantado, López decidió suspender actividades por un semestre para regresar al año siguiente como suplente de “La moña” Galvis en su segundo hogar, el Deportivo Pasto. Constante como siempre, coincidió un paso suyo por la titular con la histórica clasificación del equipo de los Cuyigans a la final del Finalización 2002. Así, mientras que en el partido de ida concedió el rebote para el primer gol del DIM y nada pudo hacer para atajar el remate de su compañero Julio Valencia para el 2-0 final, en el de vuelta le atajó un penalty a David Montoya que de todas formas no alcanzó para que Pasto diera su primera vuelta. «Roque”,sereno como siempre, aceptó la derrota con la satisfacción de haber sido de cualquier forma protagonista de una final, algo que su ingrato Millonarios, alérgico últimamente a estas instancias, no estaba en condiciones de ofrecerle. En Pasto permaneció hasta el primer semestre de 2003 cuando decidió dedicarse a otras actividades menos ingratas y, sobretodo, más activas..

El baile de los cisnes… de hielo

Nadie podría afirmar o desmentir que en este festejo de Miriam Liliana Zape no hubo tacones de porcelanicrón envueltos en visillo de cortina, como recordatorio, o cisnes de hielo derritiéndose al lado de varios paquetes de tostacos y sobras de volován de pollo, pubertos con la piel aún más grasosa por el baile desenfrenado al son del Grupo Niche y sofocados por la falla en el aire acondicionado del salón comunal sede del evento o que algún padre morboso quiso pegarle su tarreada a la mejor amiga de la homenajeada, que estaba más buena que una atajada de Pedro Antonio Zape.

Nadie podría afirmar o desmentir que hubo bagres que aunque deseaban «lustrar baldosa» al ritmo de Shena Easton y Miami Sound Machine se quedaron «comiendo pavo» por feas y mal trajeadas, o que el simpático colado de gafas de apellido Arzayuz vomitó cataratas de tocinetas Yupi cuando un pesado le dio dos aguardientes como iniciación a los ritos alcohólicos.

Nadie podría afirmar o desmentir que el día después de los 15 años de Miriam, varias de sus compañeras de curso en el colegio rajaron del vestido de Pedro Antonio, a quien poco le lució el tuxedo blanco de moño negro, vestimenta que lo hizo ser el clon de ún bailarín de la orquesta de Juan Piña y tampoco se podría afirmar o desmentir que varios integrantes del América de Cali bailaron hasta el amanecer con muchachitas que se encandilaron con la presencia de los mejores futbolistas del club en todos los tiempos y menos, que hasta los «patrones» se pegaron una pasada por ahí, mientras decidían qué hacer con la liquidación definitiva del Banco de los Trabajadores.

Lo único que se puede afirmar y no desmentir, es que rebrujando entre miles de cosas, encontramos la foto de los 15 años de la hija de Zape. El resto son puras habladurías..

Promesa a San Fermín

-Si ganamos la copa un día nos vamos pa’ San Fermín a que nos corra un toro hermano.
Ganaron. Se fueron.

Contribución: patchinko.
Imagen: www.eltiempo.com.

Saeta rubia, tabaco rubio…

Al mejor estilo de las edificantes y educativas campañas realizadas en los Simpsons con los «Cigarrillos Laramie», un deportista de alta competencia se prestó para ser imagen de la famosa marca de cigarrillos Lucky Strike.

Pero no fue cualquier Edison Suárez, Einer Viveros, Juan Carlos Guazá Lucumí o Sebastián Alderete el elegido por la tabacalera para que fuera su imagen oficial. «La saeta rubia» Alfredo Di Stéfano, considerado como uno de los mejores jugadores en la historia del fútbol de todos los tiempos, posó donairoso, con ese bello halo nostálgico de los futbolistas de antaño, más bohemios que deportistas (y por tanto, parece que de mejor calidad), con el faso en la mano diciendo a los cuatro vientos que Lucky Strike era su tabaco predilecto.

Hoy, esas poses tan bellas estilo «Charro» Moreno (crack, fumador y chupador) o ésta que acompaña estas líneas, parece que son parte del pasado. No porque se hayan erradicado: siguen chupando, fumando y jugando. Pero no en avisos de publicidad, sino en Pachanga & Pochola.

¿Dónde quedó el garbo, señores?

Imagen cortesía www.museovintage.com.

Deportivo Samarios

En el intento de tener una liga civilizada, la Dimayor, junto a la Difútbol, le dieron un toque de elegancia al Campeonato de la Primera B, y como si fuera un torneo con altura, plantearon la posibilidad del descenso a una categoría ¿inferior? y le dieron la oportunidad a equipos de la Primera C de jugar en el preámbulo del fútbol grande.

Así fue que llegó el Deportivo Samarios, equipo salido de las arenosas playas de Santa Marta, a mediados de los años 50 y precursor del Unión Magdalena, volvió a la palestra.

Samarios, que buscaba ser el segundo equipo de la llamada Bahía más hermosa de América, tuvo la ilusión de renovar sus años dorados, con goleadas memorables como el 12-1 que le impuso al Huracán de Medellín en el torneo de 1951. Contando con los problemas del Unión Magdalena para mantenerse en la A, el futuro de Samarios en la B parecía incierto desde el momento en que se firmó la planilla de inscripción.

Ante la Dimayor llegaron con un plantel lleno de figuras: Roberto Bravo, Ubaldo Barranco, Moisés Pineda, Eddie Escorcia, Frank López, Miguel Hidalgo, Elquer (su solo nombre merece un capítulo aparte) González, Giovanny Ríos, Gustavo Lara y Juan Carlos Maestre. Solo un par de jugadores sobresalieron años después en el Ciclón Bananero, como Leonardo Candanoza (suplente de Roque Pérez… Si, Roque también tenía su suplente), Leonardo Huertas (delantero de picardía y poco gol) y el gran hijo de Samarios: Justiniano Peña.

Peña, zaguero central de mucha enjundia pero poco técnica, se hizo famoso con el Unión y en el único título del Deportes Tolima, fue el único jugador en vestir la camiseta lila y blanca de Samarios.

Su historia, como el del también costeño Unicosta se resume en un año de gloria (ascenso de la Primera C a la B en 1993), otro de sufrimiento (fue uno de los descendidos de la B a la C en 1994) y de olvido (todavía existe el club en las polvorientas calles de Santa Marta).

Hoy Samarios vive el triste recuerdo de algo que fue y ya no existe, así como el césped del Eduardo Santos…

PD: Si, el saco de portero de Candanoza da para un nuevo capítulo de Adelante con la moda… Pronto, el arquero noventero….

Involución Colombia

¿Qué hacer con la selección?

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Comprar dos laterales por mercadolibre 204 32
Dejar así, si seguimos retrocediendo pronto llegaremos a 1975 140 22
La brisa es argentina, es hora de echar plancha sobre nuestros estadios 31 4.9
Organizar un nuevo Torneo de las Américas sub23 para retomar la confianza perdida. 39 6.1
Vamos a la fija, traigamos a Bora 223 35
Total votes: 63

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Vamos a la fija, traigamos a Bora 223 35

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Imagen original, arriba: Pedro Sarmiento, Nolberto Molina, Miguel Augusto Prince, Luis Norberto Gil, Américo Quiñones, Acisclo Córdoba y Pedro Zape. Abajo: Alonso «Pocillo» López, WIllington Ortiz, Arnoldo Iguarán y Germán Morales. Selección Colombia que cayó 3-1 contra Argentina en Bogotá en las eliminatorias a México’86.

Todo sobre el Torneo de las Américas.

Mamá: estoy triunfando

Contribución: Álvaro Castellanos

El gol de tiro libre que le quitó el invicto al Milán en el 93. Dos de los cinco goles con los que Colombia se burló de Argentina en el 93. Aquel mítico hattrick ante Barcelona por Champions League en el 96… en fin, sí es por sus logros con el balón, el popular “Tino” no tendría porque engalanar este gris bulevar de los sueños rotos.

Pero así como hace unos meses, cuando lo sorprendimos mal parqueado chupando ron en la playa con Chicas Santacola, el siempre impredecible ‘Tino’ está de regreso, esta vez como refuerzo de lujo de un equipo de rockeros londinenes ,mejor conocidos como Iron Maiden.

Virtuosos para el oscuro arte del Heavy Metal, pero desprovistos de la más mínima capacidad para patear un balón, un día de 1998, Blaze, Steve, Adrian y Nicko se cansaron de perder cuanto picado amistoso que jugaban y decidieron que no iban a seguir siendo el hazmerreír de sus congéneres tatuados. Por eso, sentaron en la banca a su incompetente cuadrilla de carga cables y amigos y se metieron la mano al bolsillo para incorporar algunas súper estrellas del fútbol mundial. Stuart Pearce, Patrick Vieira, Marc Overmars, Ian Wright, Paul Gascoigne ¡y sí! Faustino Asprilla fueron finalmente los fichajes para reforzar a este seudo-equipo de fútbol.

Para ese entonces, ya en su segundo ciclo con el Parma de Italia, Asprilla venía de destacarse el en Newcastle United de Inglaterra, motivo por el cual se ganó la confianza de Bruce Dickinson y sus amigos.

A propósito, dicen que Asprilla entabló una estrecha amistad con el siempre virtuoso y polémico Paul Gascoine, gracias a su gusto compartido por el cine arte, los museos y la literatura inglesa, los cuales supieron alternar con uno que otro galpón de pola que se les atravesó en su camino.

La prueba reina del fichaje del tulueño se encuentra en el álbum Virtual XI de la banda que vio la luz en 1998. En la foto, nótese la pícara sonrisa del delantero tulueño, tal vez producto de los recuerdos de la juerga compartida con el también sonriente Gascoigne. Así mismo, nótese la forma en la que escriben el país de procedencia de nuestro ‘pendular’ delantero: “Columbia”, a pedido expreso de la Federación Colombiana de Fútbol que desde el primer momento se opuso a la convocatoria. .

Jugamos con fe y alegría

El Bestiario del balón, siempre fiel a su misión y visión, procura que en lo posible su contenido no trascienda nuestras fronteras. Sin embargo, y tal como en el caso de la muy barrial camiseta Adidas del Strongest boliviano, no podíamos pasar por alto esta rarísima pieza que la siempre acuciosa unidad investigativa del Bestiario encontró en la segunda división ecuatoriana. La prenda en cuestión, con el famoso logo de las pequeñas calcomanías que en los ochenta las damas voluntarias pegaban en la solapa a cambio de una moneda de diez, no es la del equipo que sería el equivalente ecuatoriano al onceno de los jóvenes expósitos del padre Nicoló en Bogotá, tampoco es el atuendo de un equipo conformado con lo más granado de las ONG’s holandesas afincadas en el hemano país, no. El sin muy bizarro uniforme corresponde a la Universidad Católica, equipo que ya se aseguró un lugar en la liguilla que a final de año decidirá quién será el equipo que asciende a primera división ecuatoriana.

¿Pero cómo llego el popular coranzoncito a esta camiseta? No fue después de arduas negociaciones en las que los representantes de Fe y alegría ofrecieron camionados de monedas, no. Todo lo contrario. Detrás del corazoncito está un gesto de altruismo del poderoso grupo Pichincha muy ligado desde siempre al «trencito azul». El grupo, patrocinador del equipo, decidió ceder su espacio en el frente de la camiseta a la conocida entidad benéfica que, suponemos, recibirá además las monedas que en los partidos que la Católica dispute de local le sean arrojadas al referí de turno. Notable.

Con la colaboración de Tierra Generosa..

Pare de sufrir, vuelve el foro

Las plegarias del «Cacharrito», las de ustedes y las nuestras fueron escuchadas y hoy el foro regresa intacto, tal y como lo dejaron. Para los que aún no hacen parte de esta cafetería virtual, los invitamos a registrarse.
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Ana Bolena Meza y su amor interruptus…

Para quienes buscaban con ansia la foto del «Pecoso» en «Aroma y tenga» para paliar sus más oscuros deseos, los integrantes de la redacción del Bestiario les damos un pequeño entremés en medio de tanto guayo y media rota. Se trata de Ana Bolena Meza, que posó con la camiseta de Millonarios y unos singulares «pantaloncitos calientes» a mediados de los años ochenta en una suculenta locación: la Plaza de Bolívar.

Se dice que luego de esta foto su matrimonio con Luis Eduardo Arango se vino a pique: claro, Arango es fanático de Nacional y Ana Bolena le fue infiel con el azul..