Si la historia ha de premiar a algún estandarte de la integración colombo-peruana este debe ser Alonso Alcíbar. Ahora bien, si algún profesor de Aquimindia (academia de detectives del DAS) anda en búsqueda de algún caso para que sus pupilos se entrenen en el seguimiento de una persona este caso puede ser también el de Alonso Alcíbar.
De él comenzamos a saber en 1992 cuando ayudó junto con el gran «Teacher» Berrío, Carlos Meza y Wilson Cano a subir por primera vez al Atlético Huila a primera división. Del onceno opita pasó al Once Philips en donde logró hilvanar una campaña bastante aceptable en 1994. Para comienzos de 1995 su aceptable desempeño con el Once fue exageradamente recompensado cuando «Bolillo», en otra de sus ocurrencias, decidió incluirlo a última hora en la lista de viajeros para la gira de la selección mayor por Hong Kong y Australia. Avergonzado por no haberle dado mayores oportunidades de lucimiento, el buen Hernán tramitó con su compadre Pedro Sarmiento su convocatoria para los Panamericanos de Mar del Plata que se disputaban ese año.
Después de la gira y de los Panamericanos (en donde tuvo más oportunidades de jugar), se volvió a saber de Alcíbar cuando a mediados de 1996 se concretó su traspaso al Medellín, equipo en el que no logró consolidarse. Es entonces cuando aparece su primer agujero negro en su currículo: de la segunda mitad de 1997 a 1999 no hay rastro de su trasegar. Comenzando 1999 vuelve a aparecer en el Pasto que se estrenaba en primera división. En este equipo permaneció hasta mediados de ese año cuando recibió la primera llamada del Inca; esta vez para enrolarse en el Melgar de Arequipa. En el Melgar permanecería hasta comienzos de 2000 cuando después de haber disputado los primeros cuatro partidos del apertura peruano decidió regresar al Galeras para militar nuevamente con el Pasto hasta mediados de ese año. En Pasto fue mucho lo que echó de menos a la cerveza Arequipeña, a la Inca Kola, al blanco que en su ropa dejaba Ña Pancha, a la diversión que en las noches le proporcionaba «Las mil y una de Carlos Álvarez» y el análisis siempre objetivo que de su desempeeño en la cancha hacia el muy recordado Veco. Fue así como el segundo semestre de ese año encontró a Alcíbar enrolado en las filas del Sport Boys, equipo en el que permaneció hasta 2001 mostrando un desempeño bastante aceptable y reportándose con alguna frecuencia en las redes contrarias.
Terminada su vinculación a Sport Boys, hemos de deducir que engrosó el elenco de «Las mil y una» durante dos años pues no hay registros suyos para 2002 y 2003. En 2004 regresó al fútbol con Centauros de Villavicencio equipo en el que labró su transferencia al Patriotas para 2005 cuando llegó como gran refuerzo junto con Óscar Millan. En Tunja permaneció hasta finales de año pasado cuando cayó en otro agujero negro. Expertos consultados calculan que para comienzos del 2008 será inscrito a última hora por Millonarios..